Guillermo RomaníFORMENTERA
El Ninuriata VIII, patroneado por Carlos Rodríguez, se impuso en tiempo real en la quinta edición de la regata Ophiusa, entre Sitges y Formentera. Unas 60 embarcaciones, con alrededor de 350 tripulantes, se echaron a la mar el jueves a las 12,00 horas desde Aiguadolç, en Sitges, para navegar hasta Formentera. El Ninuriata VIII fue el único que llegó a la Savina antes de que se cumplieran las 24 horas de regata, esperándose que el siguiente lo hiciera alrededor de tres horas más tarde, mientras que el plazo de la regata, para la llegada dentro del tiempo, está previsto a las 12,00 del mediodía de hoy.
Rodríguez, a la espera de la llegada de las restantes embarcaciones que podían arrebatarle el triunfo en tiempo compensado, se mostraba muy satisfecho al llegar a la Savina, afirmando que, en general, la regata había sido positiva, «con una buena salida y una boya de desmarque limpia», con un viento medio de alrededor de 17 nudos, aunque con puntas de hasta 23. Destacó que, pese a las previsiones, se había producido rápidamente viento de estribor cuando se preveía una salida con tramontana y una posterior encalmada antes de que llegara el poniente, «que se ha adelantado y desde casi el principio ha sido fuerte. Así pues, tras la salida y hasta llegar a la altura de Eivissa, a la vista de Conejera en concreto, sólo ha sido necesario hacer un bordo».
El director de la regata, Josep María Sirvent, quiso recordar que Rodríguez había sido el último vencedor de la Copa del Rey, que se celebró este pasado verano en Palma en la clase IMS570, patroneando el Ícaro, y apuntaba que «ha hecho el doblete en las islas».
Abandonan la mitad
Por otra parte, Sirvent se mostraba satisfecho por el transcurso de la regata pese a que a las 12,00 horas de ayer sólo hubiera llegado uno de los 60 barcos que habían partido. El organizador señaló que, como mínimo, cuatro barcos habían abandonado, uno de ellos por una inundación en la sentina, un mini-transat, embarcación de sólo 6,5 metros de eslora (aunque protagonizan una regata transatlántica) que tenía problemas, una embarcación que a raíz de la rotura de una driza de la mayor había sufrido el accidente de un tripulante que intentaba reparar los desperfectos, y una embarcación que, ante el anuncio del temporal, había decidido rodear Eivissa y sobrepasar Tagomago para refugiarse en Santa Eulària.
Sirvent explicaba a mediodía que, tras el aviso de temporal pronosticado a partir de las 18,00 horas aproximadamente, era difícil apuntar cuántas serían las embarcaciones que se armarían para vientos fuertes o las que a motor irían a buscar resguardo básicamente en Santa Eulària. A las 19,00 horas confirmó que casi 30 embarcaciones habían abandonado la regata, pues la fuerza del viento había subido hasta 35 nudos.