Liverpool 4
Real Madrid 0
LIVERPOOL: Reina; Arbeloa, Carragher, Skrtel, Fabio Aurelio; Xabi Alonso, Javier Mascherano, Gerrard; Babel, Kuyt y Torres.
Cambios: Leiva por Xabi Alonso, Spearing por Gerrard y Dossena por Torres.
REAL MADRID: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Robben, Gago, Lass, Sneijder; Raul e Higuaín.
Cambios: Marcelo por Robben, Van der Vaart por Cannavaro y Guti por Gago.
Àrbitro: Franck De Bleeckere (BEL). Amonestó a Gerrard, Mascherano y Dossena en el Liverpool y a Pepe, Heinze y Marcelo en el Real Madrid
Goles:
1-0, minuto 15, Torres.
2-0, minuto 28, Gerrard (p).
3-0, minuto 46, Gerrard.
4-0, minuto 88, Dossena.
Patricia RodríguezLIVERPOOL
Un Real Madrid apocado y carente de recursos hizo ayer aguas por todas partes y se despidió de la Liga de Campeones ante un Liverpool embalado, que nunca dejó de presionar y que con un 4-0 se metió en cuartos amparado en el infalible factor Anfield y en sus dos emblemas: Torres y Gerrard.
El once de Benítez vivió otra de esas noches mágicas que le regala Anfield. Todo funcionó. Por contra, el Real Madrid estuvo irreconocible, lento, falto de ritmo. Una caricatura del conjunto que encadenaba victorias en la Liga.
El Liverpool dejó de ser conservador, al contrario de lo que se vio en el Santiago Bernabéu; basó su juego, una vez más, en torno al colectivo en detrimento de las individualidades. Y le dio resultados.
Tenía a Steven Gerrard al cien por cien, siempre dispuesto a crear sintonía en el equipo, presto a ordenar balones desde el centro, a organizar y a distribuir. Orden escrupuloso, colocación, pasión. Fueron las armas del Liverpool, como siempre.
El arranque impetuoso del Liverpool se vio ya al segundo minuto. Torres protagonizó la primera ocasión y le siguió Mascherano, desde fuera del área con un balón que se topó con un paradón de Casillas, que fue el mejor de largo y el hombre que evitó un ridículo mayor a los blancos.
El Real Madrid de Juande Ramos fue asfixiado en todo momento ante el empuje «red». Esgrimiendo un fútbol descafeinado -ni rastro de Robben-, un Real Madrid que perdía con facilidad la posesión del balón trató de sacudirse la presión el Liverpool optando por balones largos.
El brío inglés pronto tuvo recompensa. Fue Torres el que desniveló el marcador a los 15 minutos, dando ventaja a la formación inglesa, al rematar un pase de Dirk Kuyt mientras el Madrid pedía una falta que existió del delantero madrileño sobre Pepe.
El conjunto blanco encadenaba negligencias. Aún sin reponerse del susto, Torres volvía a entrometerse en los feudos de Casillas, que volvió a ser crucial. Una pelota que dio en el hombro del argentino Gabriel Heinze en su área le costó al Madrid un penalti en el minuto 26 que transformó Steven Gerrard para poner al equipo local con un 2-0.
La ventaja hizo reaccionar al conjunto de Juande, muy torpe en este primer acto a la hora de hilar pases. Y llegó entonces la mejor oportunidad hasta el momento para el Madrid en el minuto 29, dando la réplica al segundo gol del Liverpool, con un lanzamiento de falta de Sneijder que despejó Pepe Reina.
El marcador sirvió de bálsamo a un Liverpool que empezó a relajarse ante la abundancia numérica, mientras al Madrid de Juande no atinaba y se hundía en la trampa de Benítez.
El segundo acto comenzó con drama y con Juande optando por Marcelo en lugar de Robben. Apenas poner un pie en el campo, un golazo del gran Gerrard hundió en la miseria al Madrid.
El Liverpool nunca aflojó la presión. Paradójicamente, del once madrileño sólo se salvó Casillas. Al portero madrileño le tocó frenar más envites de su verdugo pero aquí, con todos los elementos en contra, el Real Madrid consiguió crear varias ocasiones. De la mano de Gago y de Sneijder.
Benítez aprovechó la holgura para jugar con la alineación y a 20 minutos del final llamó al césped a un canterano, el joven Jay Spearing por Gerrard. Ovación enorme de la grada al centrocampista inglés. El Madrid continuaba siendo un coladero. Fue el suplente Dossena -sustituto de Torres-, a pase de Mascherano, el que remató la carnicería.