Almería 0
Barcelona 2
ALMERÍA: Alves (), Bruno (), Acasiete (), Pellerano (), Mané (), Juanito (), Iriney (), Juanma Ortiz (), Crusat (), Uche () y Negredo ().
Cambios: José Ortiz () por Juanma Ortiz y Corona () por Juanito.
BARCELONA: Valdés (), Alves (), Piqué (), Márquez (), Sylvinho (), Touré (), Keita (), Xavi (), Messi (), Iniesta () y Bojan ().
Cambios: Etoo () por Bojan, Hleb () por Iniesta y Gudjohnsen () por Keita.
Àrbitro: Mejuto González. Mostró tarjeta amarilla a Acasiete (m.21), José Ortiz (m.76) y Negredo (m.85).
Goles:
0-1, minuto 53, Bojan.
0-2, minuto 57, Bojan.
Santiago AparicioALMERÍA
Lejos de acusar la cercanía de su perseguidor, el Barcelona ejecutó un nuevo golpe de autoridad en el estadio de los Juegos Mediterráneos, donde nadie había salido con los tres puntos desde la llegada de Hugo Sánchez al banco local, y obtuvo el triunfo con dos goles de Bojan Krkic, que reivindicó más minutos a su técnico. El Barcelona salió airoso de Almería. Con la distancia de seis puntos de vuelta y el ánimo reforzado con el juego desplegado y con la puesta en escena de Pep Guardiola, que tiró de rotaciones a pesar del riesgo.
El acoso del Real Madrid tras su victoria en San Mamés no alteró las intenciones del entrenador. Resguardó pólvora en la recámara. Dejó entre los suplentes a parte de su artillería. Al camerunés Samuel Etoo y al francés Thierry Henry. Gran parte de los goles del presente curso.
La resistencia andaluza se derrumbó al inicio de la segunda parte. Una pared entre Iniesta y Messi, terminó con el balón en el palo derecho de Alves. El rechace llegó al canterano Bojan, que no desperdició la ocasión para marcar.
Acto seguido, y sin tiempo para la reconstrucción, el cuadro de Hugo Sánchez encajó el segundo en otro fogonazo visitante, que manejó el balón al primer toque y a su antojo en el área rojiblanca. Bojan rentabilizó la acción, beneficiado por un desvío de la zaga que confundió al meta local, Alves.
El tanto resquebrajó el ímpetu del Almería, que contempló la reacción como un imposible. Decayó en empeño y en espíritu mientras la avalancha de cambios frenó el ritmo del partido. Ni siquiera se aproximó el equipo de Hugo Sánchez en busca de un gol de aliento. Terminó condenado, resignado a su suerte y a la espera de compromisos donde esté en juego su suerte.