El 16 de junio de 2008, durante la asamblea extraordinara celebrada por la SE Eivissa para aprobar la transformación en sociedad anónima deportiva -ésa que finalmente no ha cuajado-, el gerente Andoni Valencia afirmó lo siguiente: «Nuestro objetivo en un medio plazo es llegar a Segunda División, pongamos en dos temporadas. A más largo plazo es llegar a Primera en unos cinco años, algo que podría ser viable con una buena gestión y una estructura profesional y no semiprofesional como tenemos en estos momentos». Casi un año más tarde, la SE Eivissa no sólo no disputó el play off de ascenso, sino que consumó su descenso a Tercera. Esta semana, sin embargo, se ha confirmado una noticia aún peor, que es que tampoco podrá participar en Tercera, sino en Regional, por impago ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Cifras 2007-08
El comienzo del fin comenzó precisamente en esa asamblea, donde se presentaron unas cuentas que han acabado explotando. El club habló de 2.295.077 euros de ingresos y 2.205.037 de gastos en relación a la temporada 2007-08, por lo que debía cerrar el ejercicio con 90.040 euros de beneficio. En esos ingresos destacaban 650.580 del patrocinador, 618.517 de subvenciones y 515.133 de aportaciones. Por contra, había 1.511.867 euros de gastos en nóminas y 95.800 por primas. Además, el club estaba pendiente de cobrar 591.599 euros, casi todo de subvenciones y patrocinadores, para cerrar el ejercicio con los 90.040 euros citados.
Fichajes y despidos
Esas cifras se dispararon para el siguiente curso. El club tiró de talonario para firmar jugadores como, por ejemplo, Javi Moreno y Àngel Sánchez. Sin embargo, ninguno de ellos cuajó. El delantero internacional, ahora en las filas del Lucena, sólo marcó dos goles en 14 participaciones, anunciando su retirada el 3 de diciembre para, después, regresar en enero y pasarse la temporada en blanco.
El adiós de Javi Moreno tuvo lugar apenas un tiempo después de la destitución de Rubi. Y es que los banquillos fueron otro punto caliente de la SE Eivissa. Joan Francesc Ferrer Rubi, Quique Yagüe y Aldredo Santaelena fueron los tres entrenadores que tuvo el primer equipo a lo largo de la pasada campaña.
Revolución en el vestuario
Entretanto, el vestuario de la SE Eivissa vivía situaciones muy peculiares. Por un lado, a Kirian se le declaró la guerra y tuvo que marcharse por la puerta de atrás después de ser apartado en más de una ocasión. Por otro, algunos jugadores y miembros del cuerpo técnico denunciaron que no estaban dados de alta en la Seguridad Social ni estaban cobrando sus nóminas. Los primeros en hacerlo fueron Rubi, Xavi Gil y David de Pablos, pero al término de la campaña las denuncias ascendieron a 18, al menos ante la AFE.
¿Salvadores italianos?
La inmensa bola que se acabó formando en el club rojillo tenía que ser reducida por un grupo inversor italiano que el presidente Pedro Ortega y sus pupilos se encargaron de presentar. Los transalpinos, con Antonio Stina y Giusseppe Materazzi a la cabeza, debían liquidar los 367.381 euros de deuda que comunicó la AFE. Mientras el club se desvivía por sus presentaciones, fichajes y stage en Italia, en la AFE no se sabía nada del montante económico.
El castigo
La entidad de Can Misses afirmaba, por medio de distintos directivos, que todo estaba arreglado, pero la AFE se encargó de señalar el pasado viernes que el Eivissa estaba «en curso de descenso» tras presentar unos documentos in extremis que debían ser verificados el lunes. A las 1,00 horas del martes, la AFE confirmó lo que era ya la crónica de una muerte anunciada: «El Evissa está descendido».