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Judo - Campeonato de España absoluto

Canseco roza el oro en su mejor combate contra Ángel Parra

Víctor Canseco, a la izquierda, en el segundo cajón del podio de la categoría masculina absoluta de +100 kilogramos.

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Víctor Canseco volvió a proclamarse subcampeón de España absoluto en el peso de +100 kilogramos. El ibicenco se quedó a las puertas del oro tras perder contra Ángel Parra, su particular bestia negra, en la final más igualada de los últimos tiempos, en la que incluso se produjo alguna decisión polémica que perjudicó al ‘josepí'.
El del Club Sant Jordi acudió a Pamplona mermado físicamente debido a unas molestias en las costillas. Con todo, fue capaz de sobreponerse al dolor y se dosificó con inteligencia para llegar en las mejores condiciones posibles al último combate.
Su primer contrario fue Jesús Porras. Una sanción por pasividad del madrileño encarrilaba la victoria, que no tardó en caer gracias a una inmovilización en el suelo. Su siguiente rival fue Pedro Amalio García, de Castilla La Mancha, al que superó por un wazari. En este combate, el ibicenco se fastidió dos uñas y sintió molestias en las costillas, lo que le mermó aún más para los siguientes enfrentamientos. Con todo, superó a Francisco Pérez, que venía de ganar la Fase Sector de Madrid. Fue en la técnica de oro, con un ippon de inmovilización, donde Canseco logró el pase a la final tras un combate muy estudiado por su parte con el fin de llegar bien a la final.
En la final, el tiempo pasaba y ninguno conseguía puntuar. Parra, con un ouchi, rondó el yuco, que sí lo mereció el ibicenco posteriormente cuando un sasae de Parra lo contrarrestó a la perfección el josepí. Los jueces lo ignoraron incomprensiblemente. Entre medias, Canseco se quejó de una patada del vigente campeón. Eso y, sobre todo, un ippon justo después de un mate -no tenía validez- acabó por minar la moral de Víctor Canseco, que se descentró y lo pagó en el último minuto con un ippon del actual campeón, que revalidó así su corona.
El ibicenco confesó que «en la final me vi bien hasta el ippon del mate». «Se me fue la cabeza luego y me quedé con una sensación agridulce», añadió.

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