Un partido de fútbol lo gana aquel equipo que marca un gol más que su rival. Es tan simple como complicado. Que se lo pregunten al Atlético Isleño. De nada le sirve mostrarse superior a su rival. No marca, no gana. Ayer tampoco es que jugara como nunca, porque su actuación fue mediocre, pero es cierto que no mereció perder en Can Misses, donde al cuadro de Vila le sigue costando obtener resultados positivos. Salvo al Collerense, no ha vencido a nadie más en este estadio. El Felanitx, con la ley del mínimo esfuerzo, se llevó los tres puntos de Eivissa y apartó así a los ibicencos de primera mitad de la tabla.
Un tempranero gol de Álex decantó la balanza a favor de los mallorquines. El extremo zurdo recibió un centro desde la derecha de Socías y lo remató al fondo de las mallas con un cabezazo picado ante el que nada pudo hacer Ángel. Mal empezaron las cosas para el equipo de Antonio Asensio... y mal acabaron.
A sabiendas de la dificultad que tiene el Isleño para ver puerta en casa –léase dos goles en los cuatro partidos anteriores, cifra que asciende a cinco al no marcar tampoco ayer–, el cuadro de Pep Barceló no lo dudó ni un instante: autobús en la portería y a buscar el contraataque. Paolo rozó el empate de cabeza en el minuto 14, pero se topó con Yan. Poco después, Javi Escandell pifió en un remate claro tras un córner y mandó la pelota a las nubes. Una preciosa jugada combinativa finalizada por Suso a la media hora estuvo a punto de suponer el empate, pero disparó desviado. A pesar de no ofrecer su mejor versión, los locales estaban llegando a puerta. No en demasía, pero llegaban.
En el segundo tiempo, la entrada de Iñaki dio más empaque al centro del campo de los de Vila, que apostaron por dar entrada a otro delantero, Franco, por un medio, Vega. Pero la intención no es lo único que cuenta. Quitar a Vega, un jugador muy técnico, para recolocar a Puet en la izquierda no funcionó en absoluto.
La segunda parte
Miguel y Socías tuvieron la primera gran ocasión en el 58. Fue la única de la que dispuso el Alcúdia. Las mejores las tuvo el Isleño, con Javi Escandell y Puet como protagonistas, que se mostraron imprecisos en sus remates y no pudieron arreglar el desaguisado en Can Misses, donde se vivió la misma historia de siempre.