La Peña Deportiva afronta el que quiere que sea su antepenúltimo partido de la temporada. Para ello, debe remontar ante la Arandina el 2-1 encajado en el partido de ida de la segunda eliminatoria por el ascenso. Los peñistas están obligados a ganar si quieren seguir aspirando a dar el salto a Segunda División B y no decir adiós a la campaña. Y deben hacerlo por 1-0 o por dos goles de diferencia. El 2-1 les llevaría a la prórroga y, al igual que un empate o una derrota, cualquier victoria por un solo gol que suponga un marcador mayor supondría la eliminación.
El conjunto de Mario Ormaechea tratará de imponer su fortaleza en su campo, al igual que hizo el cuadro ribereño en el choque de ida. La historia puede cambiar, y mucho, en el escenario santaeulaliense por una simple cuestión: el césped. El de El Montecillo era natural y estaba en muy mal estado, mientras que el de Santa Eulària es artificial y se encuentra en perfectas condiciones, una alfombra que no impedirá la auténtica práctica del fútbol. El bote no será el mismo y los burgaleses no están acostumbrados a desenvolverse en este tipo de superficie, si bien es cierto que ya solventó esta papeleta en la primera eliminatoria, contra el Europa, al que vencieron en su campo de césped artificial.
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