«La Cursa de s'Indiot ha perdido su esencia». Con estas palabras definió ayer Javi Viñals el hecho de que la organización, que corre a cargo de Ibiza Sport, haya decidido que los corredores de BTT no puedan competir, obligando a todos a participar con una de carretera. Como alternativa, se ha instaurado «un nuevo recorrido para todos los amantes del cicloturismo, con un total de 23 kilómetros, un trazado apto para todos los públicos», según informan los organizadores a través de un comunicado. Sin embargo, esto no sirve de consuelo para buena parte de los amantes de la bici de montaña, menos a aquellos que llevan semanas o incluso meses, como el propio Viñals, preparándose para una cita que se recuperó el año pasado tras varios en el olvido.
El ciclista que pertenecía al CC Sargantana –ahora va por libre– se considera «uno de tantos» perjudicados por esta decisión, que se comunicó la semana pasada a quienes fueron a inscribirse. «Fui a apuntarme a una casa de ciclismo, tras cuatro meses preparando la carrera, y me dijeron que no se hace como siempre. Además de mí, hay mucha otra gente de los que salen cada año que se ha visto perjudicada porque no tienen una bici de carretera. Esto era un día lúdico para pasarlo bien con los compañeros, y eso no va a poder ocurrir. Es bastante caótico», explicó Viñals, que ese año se postulaba como un serio candidato al triunfo tras quedar segundo el año pasado por detrás de David Ramón.
También lamentó el tiempo que ha tardado la organización en comunicar esto y la forma en que se ha enterado. «Me he enterado semana y media antes de la competición. Yo no quiero decir que se haya hecho bien ni mal, pero lo que era la esencia de esta carrera, que era salir 400, 500 o mil personas de un mismo lugar y regresar todos a él, se ha perdido. Aquello era una gran fiesta y se ha roto totalmente», comentó Viñals, que cree que una de las razones de esta decisión estriba en que «se ha incluido dentro de la Vuelta Cicloturista a Ibiza en BTT».
La vuelta paralela de 23 kilómetros no le satisface lo más mínimo: «No consuela. Los chicos que iban a participar aquí no quieren dar una vueltecita por un sendero y volver. Lo que quieren es salir en grupo, llegar a meta tras 42 kilómetros y contar la peripecia de que han tardado dos horas, cosa que no han hecho en todo el año».
Viñals está convencido de que «habrá menos participación que el año pasado». «Yo he visto gente que ha ido a Ciclo Fitness a mirar bicis y, cuando se han enterado de lo que ha pasado, han dicho que no se apuntan. También hay gente que quería ir con algún compañero y al tener una bici de montaña no va a acompañarle», afirmó Javi, que cree que «si hubieran hecho una consulta entre los clubes, el resultado habría sido otro». «Pensarán que lo hacen bien así, pero para la mayoría, no», agregó.
Otro nivel
En un nivel más ‘amateur', Beatriz Fernández también se mostró sorprendida y fastidiada por esta decisión: «Llevo tiempo preparando los 42 kilómetros con mis vecinos, levantándome a las 08,00 horas para tratar de completar la prueba en dos horas y no hacer el ridículo. Cuando fui a inscribirme, en dos puntos no lo tenían claro, pero me acaban diciendo que es para bicis de carretera y que los de BTT vamos a hacer una vuelta cicloturista de unos 25 kilómetros. Saldríamos después de los demás hasta la ronda de Santa Eulària y volver. Entonces pensé en alquilar una de carretera y hacer la prueba competitiva, pero resulta que la organización expulsa al que se separe cinco minutos del pelotón y te tienes que ir fuera».
Fernández también considera que «este año es así porque se hace con la Vuelta Cicloturista, con los buenos de BTT». «Los de carretera hacen la Cursa de s'Indiot y los demás tontos tenemos que ir con la bici y flores en la cesta», ironizó Beatriz, que, ante tal panorama, confesó que lo que hará es apuntarse a la Cursa Patrimoni de atletismo y olvidarse de la prueba ciclista.