Catalina Fourcade (Rosario, Argentina, 23-05-2003), del Club Natació Eivissa, fue la única representante pitiusa que se subió al podio en el Campeonato de España alevín, celebrado la semana pasada. La rosarina se proclamó subcampeona nacional en la prueba de los 100 metros espalda con un tiempo de 1'10''90.
La argentina, uno de los emergentes talentos de la cantera ibicenca, debutó así a lo grande en una cita nacional. «La verdad es que estaba muy difícil conseguir medalla, porque había chicas muy buenas y era mi primer nacional. Aunque iba con buenos tiempos, el tema de las medallas lo veía muy remoto. Cuando me clasifiqué entre las diez primeras para la final, ya no me lo podía creer», dijo ayer la nadadora.
Cuando tocó la pared, levantó la cabeza para saber su posición y se vio con la medalla de plata en el cuello, la alegría inundó su cuerpo. «Sentí felicidad. Me agarré la cabeza y miré sorprendida a mis amigas y compañeras de relevo, Gloria, Claudia y Paula, y a mi entrenador, Kukin, que estaban igual de felices que yo», recuerda.
Fourcade lleva relativamente poco tiempo en este mundillo. «Comencé por medio de Lorenzo Aznares, que seguro que me está alentando desde el cielo y esta medalla también va para él. En septiembre de 2012, mi padre habló con él en la consulta del médico. Le comentó que tenía una hija a la que le gustaba nadar. Lorenzo, en esa época, era el presidente del CN Eivissa y le dijo que me llevara. Desde entonces, no paré de nadar», explicó Catalina.
El próximo objetivo es ser profeta en su tierra: «Iré a competir a Argentina en el nacional de verano, que se hace en febrero. Me hace ilusión porque allí tengo muchos familiares, que me alientan a distancia. Cuando se enteraron que había entrado en la final del nacional, no pararon de alentarme. Tanto en Rosario, de donde es mi madre, como de un pueblito llamado Cruz Alta Córdoba, de donde es mi padre, hubo mucha expectación».
A Fourcade le gustaría llegar «lo más alto» posible. Sueña con los Juegos Olímpicos, con los que «todo nadador sueña». «Es difícil y necesito trabajar mucho, pero, con esfuerzo, se puede lograr», apuntó la del CN Eivissa. De momento, ella está en el camino. Se ejercita entre 18 y 20 horas semanales independientemente de las competiciones. El tiempo dirá si este diamante en bruto hace realidad su sueño.