David Porras (Alcoy, 12-11-1973) recaló esta semana en Ibiza para convertirse en entrenador de la UD Ibiza en sustitución de Buti. El técnico, que dirigió al Alcoyano en Segunda y Segunda B, confía en el trabajo por encima de todo.
—¿Qué le ha hecho decantarse por esta oferta?
—Sobre todo, las dos primeras conversaciones que tuve con el club. Me mostró una ilusión bárbara. Me presentó su proyecto con la determinación de crecer y hacer al club más grande poco a poco, dejando unos cimientos que en el futuro le sirvan para ser mejor. Poder crecer con este club, ser mejor entrenador y la seriedad que me ha demostrado han sido aspectos primordiales.
—De puertas hacia fuera, a más de uno le puede resultar chocante que un entrenador con su pasado entrene ahora en Regional Preferente.
—Es difícil hablar de proyectos en el mundo del fútbol. Aquí hay una gente seria detrás, con las ideas muy claras, y eso ha sido fundamental. El club tiene mucho potencial y muchos medios para poder explotar. Vamos a crecer todos y ésa es la idea. Partimos desde cero. Eso nos va a dar la posibilidad de poner unos cimientos que nos harán fuertes el día de mañana estemos en la categoría que estemos.
—¿Todo lo que no sea subir sería un fracaso?
—En el mundo del fútbol no me gusta usar la palabra fracaso. Lógicamente, todos tenemos un objetivo común en mente y todos vamos a tratar de pelear por él. Para eso están todos los medios y estamos todos volcados en poner nuestro empeño y esfuerzo. Vamos a ver el transcurrir de las jornadas. Me gusta ir partido a partido. No tiene sentido gastar energías a largo plazo cuando tenemos un partido tan importante como el del domingo. Si hacemos las cosas bien y vamos trabajando bien domingo a domingo, el objetivo estará más cerca.
—Buti, anterior entrenador, ha sido despedido tras sufrir solamente dos derrotas y pese a quedar campeón de Regional con el equipo más goleador y menos goleado. ¿Supone eso una presión extra para el entrenador entrante?
—La presión siempre existe en el mundo del fútbol y hay que saber gestionarla. Yo soy una persona que confía mucho en el trabajo. El trabajo es lo que te da resultados. Si haces un buen trabajo durante la semana, tienes muchas posibilidades de que las cosas salgan bien.
—¿Qué le parece el grupo con el que se ha encontrado al llegar?
—Sé que ha trabado muy bien durante todo el año. De hecho, ahí están los resultados hasta la fecha. Es una plantilla muy honesta, honrada, con ganas de trabajar y dispuesta a absorber cualquier tipo de información. Son buenos chicos. Hay un buen grupo humano que tiene la ilusión de conseguir el objetivo. Esa unión de sinergias puede ser importante a la hora de intentar superar cualquier dificultad.
—¿Llegarán refuerzos o lo que hay basta?
—Llevo poco tiempo y sé que hay una buena plantilla, pero si en un momento determinado podemos apuntarla alguna posición para dar un salto de calidad y generar un poquito de más competencia interna, que sé que la hay, mejor.
—¿La confianza que depositan en usted es a largo plazo o condicionada a resultados?
—La confianza es mutua. Apostaron por un perfil determinado de entrenador y pensó en mí. A partir de ahí se entablaron conversaciones y a mi me gustó muchísimo el proyecto. El que confunda el proyecto con una categoría u otra se equivoca. Creo que aquí puedo crecer y a eso vengo, a desarrollar una tarea que, en definitiva, nos haga mejores a todos en conjunto.