Aquellos a los que les gustan los paisajes de Formentera y conocerla a fondo transitando por sus caminos con más o menos prisa, según convenga y la preparación física permita, están afrontando una importante cita esta semana en la pitiusa sur, la novena edición de la Formentera to Run. Se trata de una carrera por etapas que hoy vivirá su última jornada con la disputa de su prueba reina, un medio maratón que transcurrirá por el altiplano de la Mola con descenso a es Caló y un desnivel acumulado de 420 metros. 400 serán los corredores que tomen parte en la salida de una carrera que pondrá el colofón final a la presente edición. Entre ellos hay uno que, por currículum y ganas, sobresale a la hora de postularse como favorito para imponerse en esta última etapa e intentar disputarle la primera plaza de la general al intratable Giovanni Iommi, el italiano que encabeza hasta ahora la competición. Se trata de Martín Fiz (Gasteiz, 3 de marzo de 1963), corredor que ha marcado un antes y un después en la historia el maratón español con un medallero al alcance de muy pocos.
—¿Cuál es su relación con Formentera?
—Todo empezó hace diez años, en lo que fue el primer medio maratón de Formentera, donde tuve la oportunidad de correr y ganar. La verdad es que esta isla enamora y me dije que tenía volver. Además, he venido haciendo diversas actividades, desde presentar mi documental ‘Fiz, puro maratón', hasta colaborar en Fitur para promocionar la isla como destino turístico y deportivo. Hace un tiempo tomé contacto con la Formentera to Run mediante la empresa Zitoway y esto me ha permitido conocer la isla combinando el running con el turismo. A mí lo que más me gusta es correr y en cada etapa he podido recorrer los lugares más bonitos de la isla. Cada año vengo, ahora acompañado de mi mujer, a la que también le gusta correr y estamos encantadísimos de marcar la Formentera to Run como cita ineludible en el calendario.
—Una carrera, la Formentera to Run, que deja atrás el asfalto para adentrarse en pista y caminos. ¿Se adapta bien?
—Me cuesta adaptarme. Tienes que pensar que la figura de Martín Fiz se relaciona con el asfalto, con el correr rápido, con intentar batir un récord en la lucha contra el crono, y aquí la lucha es contra las hostilidades que presenta el terreno: acantilados, piedras, subidas, bajadas, más el calor y la humedad. Es todo un poco más complicado, pero más bonito, ya que te sales un poco de la normalidad diaria y, de vez en cuando, me gusta cambiar. Además, me está viniendo muy bien para coger fuerza en un entrenamiento de cara al objetivo que me he marcado de competir en el Maratón de Chicago en octubre.
—Hace dos años le propusiste como reto ganar los seis mejores maratones del mundo en la categoría de más de 50 años: Nueva York, Tokio, Boston, Berlín, Londres y Chicago. ¿Cómo lo lleva?
—Las cuatro primeras majors que has mencionado ya las he ganado en mi categoría de edad. Solo me quedan Londres y Chicago, que es la que estoy preparando para este otoño. En cuanto a la de la capital inglesa, la competí el pasado abril e hice podio con una marca de dos horas y 29 minutos, pero hubo un atleta francés de origen argelino que me pudo ganar. Ahora, iré a disputar la de Chicago y, si consigo la victoria, volveré a intentar por última vez imponerme en el Maratón de Londres y conseguir así ser el primer atleta del mundo en alcanzar este objetivo tan goloso y tan bonito que estoy realizando.
—¿Por qué correr?
—Para muchos, en estos últimos años puede llegar a ser una moda, pero esa moda, a la postre, pasa a ser un modo de vida. La gente ahora corre porque el mundo va muy deprisa. Todo es muy estresante. Detrás de cada corredor hay una historia, y esas historias al final se mimetizan en lo que es la carrera. Yo corro porque me gusta. Da felicidad, genera endorfinas, sube la autoestima y, sobre todo, es mi forma de vida.
—¿Cada edad tiene un tipo de carrera?
—Hay que adaptarse. Hace 15 años corría para ganarles a los atletas africanos e imponerme en los mejores maratones del planeta en la categoría absoluta luchando por un récord del mundo. Ahora, a lo largo del paso de los años, trato de ganar esos maratones, pero adaptados a mi condición física del momento, edad, situación social, familiar... Eso hace que haya que tener una adaptación y ser realista y consecuente con el paso del tiempo. Me encantaría seguir batiendo récords mundiales y continuar yendo a las olimpiadas, pero esto es un ciclo de la vida y, ahora, para mí, el deporte es un hobby.
—¿Cree que le podrá dar caza y ganar a Iommi en esta última jornada?
—Giovanni está muy fuerte. Es casi imposible poder ganarle. La última carrera es un medio maratón, donde yo me suelo adaptar muy bien. Por mi afán competitivo te puedo garantizar que lo voy a intentar. Al principio, voy a estudiar un poco sus características y ver cómo está después de las cuatro jornadas de competición que ya llevamos a nuestras espaldas. El cuerpo empieza a estar ya un poco cansado y quiero averiguar cuál es el porcentaje de recuperación que va a llevar. Depende de cómo salgamos, yo aprovecharé las zonas donde pueda correr más rápido y, luego, tendré que vigilarle. Aun así, la ventaja que tiene Giovanni es más que suficiente para que gane la general. Me gustaría ganar este medio maratón, ya que es una carrera más abierta y con más participantes.