Desde primeras horas de la tarde de ayer se comenzó a notar en toda Formentera el chispeante ambiente futbolístico y la efervescente emoción que se le presupone a un evento deportivo del calado y la trascendencia de toda una eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey. Anoche, en el Municipal de Sant Francesc Xavier, la incondicional e infatigable afición rojinegra volvió a demostrar el importante papel que juega desde las gradas en cada partido que disputa su Formentera.
Aunque el tanto del Deportivo Alavés en la primera parte supuso un duro varapalo para los hinchas locales, el conjunto vitoriano pudo comprobar anoche que la fiel afición rojinegra arropa siempre a su equipo contra viento y marea. Al grito de ‘¡sí, se puede!', el estadio formenterense se convirtió en un auténtico clamor que empujó de forma incansable a los pupilos de Tito García Sanjuán hacia el empate a uno.
Después, la calidad técnica de todo un ‘Primera' como el Alavés acabó imponiendo su ley sobre el terreno de juego para llevarse de vuelta hasta Mendizorroza una valiosa victoria por 1-3.
A pesar de que la eliminatoria está muy cuesta arriba, los aficionados del Formentera no arrojan la toalla, pues confían en que su equipo sea capaz de conseguir lo que para muchos parece imposible. Es el caso de Juan Escandell, un aficionado rojinegro. «El resultado no hace justicia al juego de uno y otro equipo, aunque creo que hay esperanza para el partido de vuelta», afirmó.
Joan Tur, por su parte, indicó que «ha sido un partido bastante disputado y hemos jugado bien». «Por eso, aunque veo la vuelta complicada, vamos a ver si allí hay más suerte», añadió.
De igual modo, Carmen Romero comentó que «el partido ha sido muy bueno». «Hemos tenido ocasión de marcar un par de goles más, pero esto todavía no se ha terminado y aún se puede pensar en otra remontada», agregó.
Casi en los mismos términos se expresó Jesús Villaseñor al señalar que «hasta que no se acabe el partido de vuelta no se sabe nunca lo que puede llegar a pasar». Confianza y optimismo, que no falten nunca. ¡Sí, se puede!