La Peña Deportiva no pudo con la efectividad del Alcoyano (3-0). Tres goles destrozaron a los de Dani Mori, que se acercan al precipicio y están obligados a ganar los tres partidos que quedan si quieren tener opciones de evitar el descenso a Tercera División.
El partido no fue bueno. Ni los ibicencos ni los alicantinos ofrecieron su mejor versión. La diferencia fue la efectividad. Los de Alcoy mostraron su cara más goleadora, mientras que los de Santa Eulària se estrellaron contra el portero local Miguel Bañuz.
La anécdota del duelo la protagonizó la Peña, que saltó al césped de El Collao con la camiseta visitante del Alcoyano. La expedición viajó de blanco y el árbitro no les permitió jugar así. En lo futbolístico, las primeras del choque fueron para los de Dani Mori. En una ocasión muy clara, el guardameta hizo una buena parada a Cendrós.
También pudo marcar Pomar en una falta lateral que se fue por centímetros. Las acciones pudieron cambiar el signo del encuentro. Se fueron al limbo y el partido fue el que fue.
En un terreno que no ofreció las mejores condiciones, los primeros minutos fueron de imprecisiones. Se notaban los nervios de lo que había en juego en los dos equipos. Las ocasiones brillaban por su ausencia, con la excepción de las ya mencionadas en el arranque del choque.
La primera local llegó en el minuto 17. Imanol salvó el gol cuando Fuentes aprovechó un balón peinado para rematar en el área pequeña. Lo tenía todo para marcar pero el portero ibicenco se hizo enorme y tapó los huecos.
Con el paso de los minutos, el Alcoyano se fue haciendo con el control del juego y con cada acción se encontraba más cómodo. En el 25, la Peña tuvo una buena ocasión, a balón parado, que Bernal envió a las nubes. En la siguiente, Poley remató cruzado e Imanol envió a córner en otra gran llegada de los alicantinos.
Al filo del descanso, en el 42, en una falta desde la frontal, Poley puso el primero con un lanzamiento directo. Tiró por el exterior de la barrera, por dónde no debería haber pasado el balón. Imanol quedó vendido. Fue un gol psicológico que hizo mucho daño. Incluso Gato estuvo a punto de aumentar la ventaja con un disparo a la media vuelta que se marchó por poco justo antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, el partido entró en una fase extraña. Los minutos pasaban y los dos equipos estaban muy parados. Fue la Peña la que despertó el encuentro. En el 58, Bernal probó a Bañuz con un disparo desde la pica del área. El portero, bien colocado, la mandó a córner.
En la siguiente del Alcoyano, Nieto dejó un golazo para dejar KO a la Peña Deportiva. El tanto llegó en el peor momento, pues los ibicencos se lo empezaban a creer. Sólo cuatro minutos después, en el 64, Mariano sentenció el partido al rematar una falta lateral. Gonzalo Poley la puso en la cabeza del ariete, que se anticipó en el primer palo y reventó el encuentro ante la salida de Imanol.
A partir de ese momento, el partido no tuvo historia. Los minutos fueron cayendo y hubo ocasiones en las dos áreas. Merecieron al menos un tanto los pitiusos. En un remate de Gorriz, Bañuz volvió a hacer un vuelo sin motor para evitarlo.
La derrota es dolorosa. Quedan tres partidos que tienen que ser tres victorias. La semana que viene, en Santa Eulària, la Peña juega a vida o muerte contra el Cornellà.
El banquillo
Mori: «Es muy difícil, pero nosotros seguimos creyendo en la permanencia»
Dani Mori se mostró contrariado al término del encuentro. «El resultado no refleja lo que se vio en el campo», aseveró. El técnico de la Peña lamentó las dos primeras ocasiones que podrían «haber cambiado el partido». Del mismo modo, se mostró molesto por encajar «un gol muy duro antes del descanso». Alabó el trabajo de los suyos: «El equipo ha trabajado bien y los jugadores se han vaciado en el campo. Nunca se han rendido». Sobre la cercanía del descenso, Mori aseguró: «No vamos a bajar los brazos. Tenemos mucho orgullo. Hay posibilidades. Es muy difícil, pero nosotros seguimos creyendo». «Hay que ganar los tres partidos y contra el Cornellà será una final a vida o muerte», sentenció.