Sergio Sevilla Benito (Madrid, 16-09-1976) lleva las riendas del Puchi desde este verano. El técnico madrileño llegó con la difícil tarea de sustituir a Noel Cardona y rehacer un equipo que perdió a la mayoría de sus piezas y que decidió jugar en una categoría inferior. Hasta la fecha no le está yendo nada mal y tiene a las ibicencas en la tercera posición del grupo C de División de Honor Plata.
—Empieza con una derrota y un empate en las dos primeras jornadas, pero desde entonces seis victorias. ¿Esperaba este rendimiento?
—No te voy a decir que sí, pero esperábamos una mejoría en relación a lo visto en las dos primeras jornadas. Está claro que es un equipo joven, con gente nueva, entrenador nuevo y que poco a poco tenía que conjuntarse. No sé si a este nivel, pero teníamos claro que el equipo tenía que mejorar. Así que de momento estamos contentos con como van las cosas.
—¿Cree que el equipo está ya al 100% o todavía le queda?
—Yo creo que nunca se puede decir que un equipo está al 100%, ni el nuestro ni otro. Siempre hay margen de mejora y creo que lo mejor todavía está por llegar. No sabría decir en que porcentaje estamos porque al final cada partido es diferente, pero está claro que nos quedan muchas cosas por hacer sobre todo en cuanto a juego colectivo ofensivo. Defensivamente estamos haciendo un trabajo muy bueno. Es curioso porque a nivel estadístico somos uno de los equipos más goleados y según mi criterio lo estamos haciendo mejor en defensa que en ataque.
—Esa es una de las preguntas que le iba a hacer. 25 goles por partido son muchos para un equipo que está arriba, ¿no?
—Sí, pero al final trabajamos con un sistema defensivo muy abierto y eso nos hace que dejemos muchos espacios. Es una defensa de riesgo que yo creo que estamos haciendo bien. Nuestra manera de defender implica que sean ataques más cortos. Eso implica más acciones de ataque y defensa, y nos hace también ser el equipo más goleador del campeonato.
—Entonces a Sergio Sevilla le gusta un balonmano alegre con mucha velocidad y goles en las dos porterías.
—Hombre, me gustaría meter muchos goles nosotras y encajar pocos, pero sí. Siempre me gustaron las defensas abiertas, que permitan un ritmo de partido alto. Me gustan las acciones de contragol, que según encajemos le demos ritmo al juego y más por el perfil de jugadoras que tengo. Nos cuesta mucho en ataque posicional, no tenemos lanzamiento exterior. Entonces, tenemos que aprovechar nuestras virtudes y una de ellas es eso, defender, correr y darle velocidad al partido. Es a lo que tenemos que jugar, si nosotros vamos a resultados cortos, lo tenemos complicados. No tenemos jugadoras desequilibrantes, pero somos bastante buenas a nivel colectivo.
—De este inicio de liga ¿con qué se queda y qué cree que está siendo lo peor?
—Me quedo sobre todo con el rendimiento fuera de casa. En esta categoría, y más en el grupo que nos ha tocado, son partidos muy complicados y no haber perdido fuera tiene mucho mérito. En cuanto a lo negativo... lo que menos me está gustando es que tenemos fases muy irregulares. Nos falta en determinados momentos matar los partidos. Ya van varios encuentros en los que tenemos una ventaja importante y acabamos sufriendo.
—Ahora que ya va viendo el equipo y el rendimiento que puede dar, ¿qué objetivo se marca?
—Pues ahora mismo ganar el siguiente partido. No me gusta mirar a medio plazo. Mi experiencia me dice que cuando miras más allá y creas unas expectativas no suele ir bien. Si a mitad de la segunda vuelta nos vemos arriba, pues el objetivo será intentar luchar por la fase de ascenso, pero no era el objetivo inicial y ahora mismo hay que ir partido a partido.
—¿Qué le está pareciendo el Puchi como club?
—Bien. La acogida ha sido muy buena desde el primer momento, todo facilidades. Una vez que pisas la isla te das cuenta que el Puchi es un club que vive para el balonmano. Es un club muy familiar. Vas a ver un partido de base y la gente te saluda, sabe contra quien jugaste... se respira balonmano. Eso es lo que más me ha sorprendido y lo que más me ha agradado. Estoy muy contento con el club y también con las jugadoras que al final es con las que más tiempo pasas.
—El Puchi decide renunciar a División de Honor y salir en Plata por filosofía de club y tener gente de la casa. Al final se fichan varias jugadoras de fuera. ¿No se podría haber hecho lo mismo en la máxima categoría?
—Al final cuando vengo ya sé que el equipo va a jugar la categoría de plata y me cuentan los motivos. Yo considero que es una decisión acertada del club. Nosotros hemos hecho una inversión no muy alta en cinco fichajes y no nos podemos permitir traer jugadoras del nivel que exige División de Honor. Salir con cinco fichajes con estas condiciones económicas y con gente de la casa en la máxima categoría creo que hubiese sido contraproducente. Cuando las cosas van bien, la gente se engancha y eres el ejemplo para los niños, pero si optas por jugar una categoría para la que no estás preparado, el año se hace muy duro. Cuando vengo la decisión ya está tomada y creo que es un acierto. Se apostó por gente joven y está jugando gente de la casa que creo que en la máxima categoría no hubiesen tenido sitio, o al menos tantos minutos. Se apuesta porque sea un periodo de transición. A partir de ahí, ver si en un futuro con la vuelta de algunas jugadoras de la isla o invirtiendo un poco mas, se puede volver a intentar estar arriba.