CD IBIZA: 4
SANTANYÍ: 0
El CD Ibiza comenzó el año de la mejor manera posible, con una goleada ante el Santanyí. Los rojillos ofrecieron su mejor versión y de la mano de Terán y Ortiz, que marcaron dos goles cada uno, se aprovecharon de la debilidad de los mallorquines. Los visitantes se vieron superados en todo momento y los primeros 45 minutos fueron suficientes para sentenciar un partido que tuvo poca historia.
Los de Vila salieron al campo a controlar el balón y buscar el gol. El tanto pudo llegar antes, pero el exceso de individualismo de los jugadores de ataque impidió que cuajasen las oportunidades que poco a poco iban surgiendo.
El egoísmo se esfumó y apareció un equipo. En el minuto 22, De las Heras y Manu Torres trenzaron una buena jugada por la banda izquierda, el lateral colgó la pelota al área y, en el rechace, el esférico le llegó a Terán, que enganchó un buen disparo con la izquierda para marcar el primero del partido.
Comenzó el aluvión. Dos minutos después, Ortiz conectó un gran remate de primeras a un centro de Devesa para hacer el 2-0. Golazo. Si éste fue bueno, mejor fue el tercero. En el 27, una jugada sensacional por la banda izquierda entre Ramiro y Terán acabó con un centro de éste para que Ortiz hiciera su doblete con un remate certero.
En poco más de cinco minutos, el conjunto de Vila mostró una pegada descomunal para mandar a su rival a la lona. El gol que tantas veces se le resistió esta temporada llegó gracias a jugadas corales que permitieron sacar lo mejor de cada futbolista.
Antes del descanso, Terán puso la guinda con una carrera en solitario en la que batió por bajo al portero visitante. 4-0 al descanso y partido sentenciado.
La segunda parte sobró. Sobró tanto que Ramiro se lesionó. El extremo, que estaba ganando protagonismo en los últimos partidos, se tuvo que retirar del campo visiblemente afectado. En el club se temen lo peor y, a la espera de pruebas médicas, creen que pueda tener una fractura del quinto metatarsiano del pie derecho.
El CD Ibiza siguió llevando el peso del partido ante un rival que plantó una defensa de cinco para parar la sangría. Los visitantes no se plantearon la remontada. Ni siquiera lo intentaron. Los locales aceptaron el trato y tampoco apretaron demasiado, sabedores de que tienen por delante una serie de partidos ante rivales de entidad. Los minutos fueron cayendo hasta el pitido final y, aunque los rojillos gozaron de alguna oportunidad, el marcador ya no se movió.
Año nuevo, victoria y tranquilidad para un equipo que despidió 2018 en medio de una pequeña crisis. La próxima jornada visita al Alcúdia en un partido que puede marcar el futuro de las aspiraciones del club.