Pablo Alfaro llegó el jueves pasado diciendo que se verían algunos cambios en la UD Ibiza, pero que tampoco podía hacer muchos de inmediato porque «sería muy torpe cambiarlo todo en cuatro días». Pues su primera medida, que habrá que ver si continúa adelante, ha sido prescindir del famoso doble pivote defensivo formado por Núñez y Iosu al dejar a este último en el banquillo.
Mucho se ha halagado ese doble pivote, una de las razones
–que no la única– por la que el conjunto ibicenco ha dejado su portería a cero en varios partidos. Sin embargo, un plantel con tanto jugador ofensivo de alto nivel igual requiere un fútbol más atacante. Por eso, prescindir del doble pivote era una de las opciones que se contemplaban con el cambio de entrenador.
De inicio parecía que el sistema había cambiado del ya clásico 4-2-3-1 a un 4-3-3, pero nada más lejos de la realidad. La presencia de Chavero y Provencio como interiores fue testimonial. Puede que incluso casual. Al final, el ex del Elche, que hasta el momento no acaba de dar un salto cualitativo ni en ataque in en defensa, escoltó a Núñez en la medular, mientras que a Chavero se le vio más bien en la media punta, lo que volvió a desplazar a Sergio Cirio a un costado.
Que la estrella del equipo dé más vueltas que un trompo no parece demasiado normal. Igual no sería mala idea dejar a Cirio por detrás del nueve, que es donde se muestra más desequilibrante. Con un poquito más de libertad de movimientos, la Udé ganaría en varios aspectos, porque el menudo atacante unionista sabe abrir espacios, driblar, asistir y finalizar.
No es que Chavero no tenga dichas cualidades, pero la velocidad y movilidad del catalán son mayores. El ex del Cartagena comenzó la temporada como un tiro, pero parece haber ido de más a menos. Es posible que su sitio esté en el lugar de Provencio, de mediocentro –ya ha jugado ahí–, si la apuesta continúa siendo la de carecer de dos jugadores de marcado corte defensivo en el doble pivote. De esta forma, Cirio podría actuar de enganche y dejar un costado a jugadores como Javi Serra o Perdomo, que, de repente, han desaparecido del mapa de manera casi inexplicable.
Ésta quizá ha sido una de las decisiones más sorprendentes y poco compartidas tras la llegada del nuevo míster, porque el costado derecho ha sido una mina durante la presente campaña. A Perdomo se le ven cositas, detalles de futbolista desequilibrante. Pues no jugó ni un minuto y eso que Pablo Alfaro no gastó los tres cambios. Por su parte, Javi Serra ha sido de los mejores de la temporada. Ha aportado desborde y gol. Sin embargo, no estaba ni en la convocatoria, como tampoco Javi García. Bonilla, prácticamente desde que llegó, ha gozado de la titularidad en el lateral izquierdo, pero igual habría que replantearse el regreso de Javi García. Es muy posible que el ex del Mallorca sume más en defensa, pues está más que habituado a jugar en esa posición, pero el reconvertido extremo ha dado mucha más profundidad al costado izquierdo cuando ha sido de la partida.
En cuanto al juego, si algo se vio distinto es que el Ibiza intentó jugar desde atrás y sacar el balón jugado. Ésa podría ser una de las señas de identidad que pretende inculcar Alfaro. Lo que parece claro es que quiere dotar al equipo de menos conservadurismo y más vocación ofensiva, de ahí su alineación. Palop quizá pecó de exceso de conservadurismo en ciertos partidos –no era necesario un once tan defensivo contra rivales de la zona baja–. Del debut del zaragozano en el banquillo se desprende que es hora de mirar hacia delante. Habrá que ver si es así y si hay tiempo aún para soñar con el play off.