Deporte, salud y valores. Así reza el lema del Club Esportiu Can Cantó. Fundado en el año 1997 por Marisa Martín, Juan Carlos Sangenís y Santiago de la Osa, lleva desde entonces trabajando en la cantera del baloncesto ibicenco. Equipo de barrio que pelea año a año para seguir creciendo e impulsando un deporte que es su motor.
El Can Cantó cuenta en este curso con 10 equipos, siete de ellos federados. Los conjuntos reúnen a unos 115 jugadores, con edades comprendidas entre la categoría baby y cadete, y a 12 entrenadores. Precisamente el trabajo con los más pequeños es uno de los puntales de la entidad. A través del proyecto Pequebasket, Can Cantó quiere empezar a construir unos cimientos sólidos.
«La cantera tiene que empezar desde la base, desde lo más abajo posible», señala Javier Escudero. Escudero, entrenador y coordinador del club, tiene claras las líneas a seguir, sin olvidar que «somos un equipo pequeño, de barrio». El Can Cantó tiene el encanto del baloncesto de antes, la pista al aire libre en la que si llueve, el entrenamiento se tiene que cancelar.
Otro de los aspectos que están tratando de impulsar en el club, son los equipos femeninos. El descenso del número de jugadoras en Ibiza en los últimos años preocupa a los dirigentes del baloncesto y están tratando de recuperar las cifras de antaño.
De cara al futuro, sueñan con crear un equipo júnior, algo que estuvo cerca de ocurrir esta temporada, pero finalmente no hubo suficientes jugadoras.
Escudero asegura que en el Can Cantó también están trabajando duro para formar entrenadores de baloncesto y jugadores que también puedan hacer las veces de árbitros en los partidos de las categorías menores. En resumen, tienen claro que hay que trabajar en todas las áreas para seguir creciendo.