Daniel González Álvarez (Estella, Navarra, 31-10-1977) suma y sigue. El del Ibiza Half Triathlon consiguió una nueva medalla en un ‘ironman', esta vez en Austria. Al navarro, que reside en la isla desde hace más de 20 años, sólo le queda obtener una medalla en un Mundial para cumplir su sueño deportivo.
—¿Esperaba lograr una medalla en el Ironman de Austria?
—Al final, uno se va exigiendo más. En mis últimas participaciones he conseguido la clasificación para el Mundial y en las tres últimos subí al podio. Al final, como las últimos me salieron tan bien, lo que buscas es eso. Tampoco me encontré todo lo bien que me habría gustado, porque había entrenado muy fuerte e iba con ganas de hacerlo algo mejor, pero hay que estar contento porque es una prueba muy complicada en la que empleas mucho tiempo y nunca se sabe lo que te puede pasar. Seguimos dando guerra con otro podio en una carrera con mucha gente, más de 3.000 personas. En mi grupo de edad había unos 500 y poder luchar por el podio le gusta a cualquiera.
—¿Qué destacaría de esta prueba?
—De las ocho que llevo hechas, es de las que más me ha sorprendido a nivel organizativo. Me ha gustado el entorno, las montañas y los lagos, además del público y la infraestructura. Montan un escenario para la meta con unas gradas en la que caben no sé cuántas personas. Hay estadios de Segunda en los que entran menos personas que en el sitio que había montado en meta.
—Lo cierto es que no hay ‘ironman' que vuelva de vacío. Ya parece hasta normal.
—Bueno, igual el año que vaya a por la clasificación para el Mundial me doy contra el suelo y me diré que esto podía pasar. Sin embargo, voy cumpliendo años y me voy encontrando bien. Hay años mejores y años peores. El año pasado tuve una lesión en el tendón de Aquiles y competí poco. Al final, es algo que te gusta, sigues entrenando y llega la recompensa. Te sube la autoestima.
—¿Cuál es la fórmula de su éxito?
—En esto cuenta mucho la mentalidad luchadora que tenemos dentro. Cuando llevas nadando una hora, recorres 90 kilómetros en bici y sabes que te quedan otros 90 o empiezas un maratón cuando llevas ya seis horas de esfuerzo, uno tiene que tener la cabeza dura. Es complicado hacerlo. Sabes que llevas todo el año entrenando para esa carrera y hay que saber luchar y gestionar en cada momento los dolores que te vienen. Has de cruzar la meta y sentir la satisfacción de haberlo dado todo, que es la mayor recompensa.
—¿Alguna vez se ha imaginado hasta dónde podría llegar si se pudiera dedicar exclusivamente al deporte?
—No, pero la verdad es que tampoco me gustaría. Yo hago esto por hobby. Si mañana me tengo que ir con mis hijos a cualquier sitio, me voy. Si tengo que ir a comerme una hamburguesa, me la como. Dedicarme a esto supondría quitarme muchos caprichos y tener otro estilo de vida, y yo no estoy dispuesto a ello. Me gusta y me llena. Eso es bastante. Tengo mi trabajo y mi familia. Sé perfectamente diferenciar y priorizar las cosas que quiero de verdad. Esto me obliga a estar bien físicamente y me viene bien para mi trabajo. Sinceramente, si me dedicara a esto por completo, no pienso que pudiera llegar a ser un supercrack como los que hay por ahí. Sería del montón y no llegaría a ser ninguna cosa que no pueda ser ahora por entrenar más.
—Un ‘ironman' es una prueba tan exigente que pocos pueden hacerla. ¿Cómo se prepara uno?
—Entrenas prácticamente todo el año. Vas subiendo el volumen y la intensidad según las carreras y objetivos del año. Solemos hacer dos sesiones de entrenamiento al día, alternando carrera, bici y natación. Hay que estar acostumbrado a entrenar con fatiga y vencer a la cabeza. Hay muchos días que no tienes ganas, pero sabes que cuando llegue la carrera ten van a venir momentos en los que digas ‘ya no puedo más', así que entrenas igualmente.
—¿Cuáles son sus próximas competiciones?
—Ahora, el Campeonato de España de triatlón en Ibiza, para el que ya estoy clasificado en la categoría elite. Igual antes hacemos algo. Ya veremos. El próximo año ya veremos a qué ‘ironman' vamos. Al final, te lo tomas, aparte de por la parte competitiva, como un viaje y una experiencia en otro país.
—¿Cuál es el sueño deportivo de Dani González a día de hoy?
—El sueño que me queda sería hacer podio en mi grupo de edad en el Campeonato del Mundo en Hawái, pero eso es complicado. De las cinco veces que me he clasificado, he ido una. Las otras veces renuncié porque implica muchas cosas y mucho dinero. Tienes que estar todo el verano hipotecado a entrenar. Además, las condiciones allí son complicadas. Te tienes que ir con bastante tiempo de antelación para aclimatarte por el calor y la humedad. Además, tienes que tener el día. A ver si algún año coincide el poder ir y hacerlo bien para conseguir un buen resultado, que sería la manera de poder decir que ya me puedo retirar tranquilo.