El domingo 18 de diciembre de 2016 fue la última vez que Samuel Urbano pudo brillar. El atleta ibicenco acabó con muchos dolores en la segunda posición de la IX Cursa de Sa Salsa. Poco antes de esa prueba, se lesionó en la Sa Murada de Palma cuando marchaba en segunda posición. «Estaba muy en forma en esa época, pero metí el pie donde no debía y nunca me he vuelto a recuperar», relata. En los primeros meses de 2017 se dejó ver en alguna prueba, pero el dolor no daba tregua y tuvo que dejar la competición. Ahora, más de dos años y medio después, volvió a disfrutar de una de las cosas que más le gustan. Samuel Urbano volvió a sentirse corredor en la Mini Maratón Festes de Sant Bartomeu.
«No he vuelto del todo», es lo primero que se apresura a decir El profesor. El corredor de 41 años aún sigue sufriendo la lesión que le afecta en su pierna derecha y que más de dos años después los especialistas no consiguen diagnosticar. Urbano está muy lejos de ser el gran atleta que llegó a mandar en las carreras populares de la isla. «Yo, ahora, me conformo con salir a rodar un poco. No puedo hacer series de más de 30 o 40 minutos porque el dolor aparece». La culpa de que Urbano haya vuelto a una carrera la tiene su amiga Laura, a la que está totalmente agradecido: «Me convenció de salir a trotar un poco con ella y llevamos más de un mes saliendo a rodar por la montaña. La verdad es que dejar el sofá, coger la mochila y volver al monte me hace feliz».
Sorpresa
Su presencia en la línea de salida de Sant Antoni sorprendió a todos sus antiguos rivales. «Cuando me vieron, algunos dijeron: ‘Ha vuelto, ya hay una plaza menos en el podio'. Pero no, yo estoy muy lejos de ser el que era. En la inactividad engordé 17 kilos, pero es algo que no me preocupa porque entrenando se marchan. En un mes ya he perdido ocho», explicó. Eso sí, fue segundo en la categoría master 40.
Lo que sí tiene claro es que, aunque por ahora se conforma con poder volver a disfrutar de los senderos de Ibiza, todavía tiene esperanzas en superar la lesión: «De momento, me conformo con poder disfrutar del monte. Si no me volviese a doler la pierna, volvería». Y eso es lo que tiene en mente: ir poco a poco probándose en carreras de tres y cinco kilómetros, aumentar la intensidad y ver cómo evoluciona el dolor. «Después de la Mini Maratón me dolía, pero no tanto como antes. Así es aguantable», confiesa.
Urbano se está pensando si se inscribe o no en la cursa de Sant Mateu o el Trail de Sant Joan para seguir probando su cuerpo. Mira con deseo al horizonte donde ve el Ibiza Trail Maratón: «Si hay una prueba que me gustaría poder correr, pero para intentar ganar, es la de los 10 kilómetros del Ibiza Trail. A día de hoy, es imposible que la gane, pero es la carrera que más ilusión me hace».