Vini, vidi, vici. Eso fue lo que hizo Diego Mendoza ayer en el estadio de Can Misses. El delantero argentino dio la victoria a la UD Ibiza contra el Pontevedra in extremis, cuando apenas llevaba un cuarto de hora sobre el terreno de juego. Un cabezazo del argentino, cuando el marcador indicaba 1-1, permitió a los celestes encadenar su tercera victoria consecutiva tras superar por 2-1 a un Pontevedra que cerca anduvo de llevarse un premio excesivo a tenor de lo visto en el terreno de juego.
El argentino saltó al terreno de juego en el minuto 72 en sustitución de Fran Grima. Fue el instante de su debut, de un bendito estreno. Apenas un cuarto de hora después, el futbolista cedido por el Huracán cabeceó a la red un centro de Morillas para deshacer unas tablas que no hacían justicia.
La primera mitad fue un monólogo por parte de los unionistas, que tuvieron a los gallegos completamente a su merced. Los pontevedreses se limitaban a defender y tratar de usar el juego directo como única opción en ataque, esperando que Pazos o Bustos fueran capaces de bajar la pelota y generar peligro. Una utopía.
Los celestes, bajo la batuta de Javi Lara –manejó el juego a su antojo–, volcaron su juego por las dos bandas, donde Cirio y Raí, que disfrutó de su primera titularidad y dejó ver su buen uno contra uno, trajeron en jaque a la zaga rival continuamente. El brasileño dio el primer aviso con un disparo que acabó en córner tras tocar en un defensa y Rubén rozó el primer tanto a los seis minutos con un remate de cabeza que se estrelló en el palo tras un buen centro de Javi Lara.
Rodado también anduvo cerca de desnivelar la balanza pasado el primer cuarto de hora de juego, pero su cabezo lo abortó un zaguero debajo de los tres palos. El encuentro estaba siendo claramente dominado por los pupilos de Pablo Alfaro, si bien es cierto que dejó de crear ocasiones tan claras desde el minuto 20.
Golazo
Una acción de caracoleo de Raí y un disparo fortísimo de éste desde muy lejos que se marchó desviado fueron las únicas acciones reseñables hasta que, en el 43, se movió el marcador. Javi Lara le hizo un traje a su marcador y lanzó un centro desde la izquierda que Rodado, con un cabezazo digno de elogio, remachó a la red por el primer palo. El mallorquín prolongó así su idilio con el gol y ya son tres las jornadas consecutivas que lleva marcando.
Tras el descanso, el decorado no cambió y continuó el asedio de los pitiusos, que empezaron a encontrar más espacios de los habituales. Sin embargo, lo que nadie esperaba es lo que realmente se produjo: un gol del Pontevedra. A la salida de un córner, Bustos cabeceó la pelota y Pazos, que andaba prácticamente junto al palo, contactó de espuela la pelota para nivelar la contienda. Primera llegada visitante, primer gol. Ver para creer.
El tanto sentó como un jarro de agua fría en las filas de la Udé, que se bloqueó repentinamente. Alfaro movió el banquillo paulatinamente en busca de soluciones. Dio entrada a Kike López por Raí en el minuto 64, poco antes de que Javi Lara estuviera a punto de aprovechar una indecisión defensiva.
Clave
La UD Ibiza no acababa de cogerle el pulso al partido y en el 72 decidió cambiar su esquema para jugar con dos puntas al dar entrada a Diego Mendoza por Grima, lo que retrasó la posición de Kike López al lateral. A los tres minutos de su salida al campo, el argentino avisó de sus intenciones al marcar tras un rechace en un disparo previo de Javi Lara, pero la acción fue invalidada por fuera de juego.
En su segundo remate consiguió que el graderío de Can Misses estallara de júbilo. Un preciso centro de Morillas desde la banda izquierda lo cabeceó con maestría al fondo de la red para dejar los tres puntos en casa y situar a los celestes en la segunda posición de la tabla. Diego Mendoza justificó así su condición de killer y delantero rematador para convertirse en el héroe de una UD Ibiza que sigue dando pasitos hacia el sueño del play off y, por qué no, del ascenso.