El CD Ibiza hizo buenos los pronósticos y se apuntó su séptima victoria en siete partidos tras deshacerse del colista, el Collerense. Al equipo rojillo le costó más de lo esperado abrir la lata contra el farolillo rojo, pero cumplió con su cometido al filo del descanso con un gol de Solano que evitó un posible exceso de nerviosismo.
El encuentro siguió los cauces esperados. Los pupilos de José Pérez llevaron la batuta desde el pitido inicial contra un cuadro mallorquín atrincherado atrás, quizá para evitar una posible goleada. Lo cierto es que los locales gozaron de bastantes ocasiones de gol, pero entre su desacierto y el portero se encargaron de mantener el ‘cerocerismo' durante 44 minutos. Fue entonces cuando Solano, tras varios remates en el interior del área, inauguró el marcador.
Tras el descanso, Terán no tardó en poner tierra de por medio con un remate en el primer palo. De esta forma, la tranquilidad se asentó definitivamente en el estadio de Can Misses. La pregunta entonces era cuántos tantos más sería capaz de marcar el cuadro ibicenco, pero nada más lejos de la realidad.
Los visitantes no bajaron los brazos y eso les permitió no encajar ni un solo gol más. Arias, con un disparo cruzado, y Terán, con un zapatazo al larguero tras una buena conducción de Nofre por la izquierda, pudieron ampliar la renta, pero no lo lograron. Afortunadamente, no le hizo falta ninguna diana más a un CD Ibiza que sigue de dulce. Siete victorias en siete partidos así lo avalan.