20.50 horas. Acababa de aterrizar, procedente de Madrid, el avión en el que se encontraba Jonás Souto, que, a primera hora de la mañana, había tenido que viajar desde Lamarca (Chipre) hasta Atenas (Grecia) antes de llegar a la capital de España y tomar rumbo a su tierra, Ibiza. Minutos más tarde, y tras esperar a que cogiera la maleta, cruzó la puerta de salida. Entonces, entre risas y lágrimas de alegría, comenzó una pequeña fiesta con su gente: familiares, amigos y compañeros del Club Billar Eivissa-Ilusions, muchos de los cuales empujaron con su alma durante cada partido del sábado para transmitirle fuerzas. Todos ellos –cerca de 40– le recibieron como merecía y como lo que es: el gran campeón del mundo.
Con el 'We are the champions' de fondo, el billarista internacional español apareció con la copa en la mano y sorprendido por el baño de masas que se le brindó –le habían hecho creer que le iban a esperar en el club para brindar con champán, cosa que se hizo pero después de sorprenderle en es Codolar–. Todos se arrojaron sobre él y le dieron collejas y capones a modo de felicitación. No faltaron las risas entonces.
El ibicenco no ocultó su asombro por el recibimiento y ya tiene un nuevo mejor día de su vida tras haber asegurado el sábado que había sido ese: «Este es el mejor día de mi vida. El cariño de todos para mí no tiene precio. Se me saltan las lágrimas. Es increíble. Pensaba que iban a recibirme en mi club, pero me he encontrado esto por sorpresa».
Un día después de su logro –habría que tirar de hemeroteca para encontrar un campeón mundial individual de Ibiza en cualquier edad y deporte, e igual ni así se encuentra–, todavía no es consciente de lo conseguido: «Sinceramente, no me lo creo todavía. No iba de favorito. He intentado a hacerlo lo mejor posible y han salido los resultados».
Souto afirmó que, sea o no el primer ibicenco en ganar un Mundial, es «un orgullo» al igual que «representar a mi país, Baleares e Ibiza, que es donde me he criado y donde tengo todo».
Ahora, espera ayuda en forma de patrocinadores para seguir con su carrera: «Para el año que viene quiero hacer todo el circuito europeo absoluto, pero para eso necesito bastante apoyo y patrocinadores, porque me los pago por mi cuenta. Ojalá encuentre a alguien que confíe en mí y dejar al pabellón ibicenco en lo más alto».
Jonás Souto se hizo anteayer con la medalla de oro en el Mundial de bola-9 sub-19, celebrado en Nicosia (Chipre), tras protagonizar una remontada enorme. Debutó con una derrota (5-9) contra Shamir Tremus, de Curazao. Al ser la competición bajo el sistema de doble KO europeo, ya no podía perder ni un partido. Y no lo hizo.
Se cargó paulatinamente al chipriota Stylianos Loukaides (9-1); los estadounidenses Makheal Parris (9-5), Lukas Fracasso-Verner (9-8) y Kaiden Hunkins (11-8), el hongkonés Robbie Capito (11-9) y el bosnio Sanjin Pehlivanovic (11-9), estos dos últimos ya profesionales absolutos.