Viajar desde la isla hasta Pontevedra para ser el único aficionado de la UD Ibiza en debut de los celestes en la Copa del Rey y ver cómo suspenden el partido pasado el primer cuarto de hora de juego no es precisamente plato de buen gusto, pero la fidelidad, en ocasiones como esta, tiene premio. Daniel Pades (Ibiza, 1980), el valiente que tomó la decisión de desplazarse a tierras gallegas para vivir en primera persona el estreno copero de los unionistas, tendrá el privilegio de regresar con el propio equipo al estadio de Pasarón en enero del próximo año. Así lo anunció Amadeo Salvo, presidente del club, a través de las redes sociales.
Pades confesó que, cuando el trencilla decidió suspender el partido, pensó: «Menuda putada». «Mis amigos me mandaron mensajes diciéndome que ‘vaya putada' y tal, y alguno también se reía en plan broma», afirmó.
Este integrante de la Peña Corsarios ya se veía venir el marrón «cuando salió el árbitro a tirar el balón al césped y se quedó clavado». «Me dije: ‘Verás tú si lo suspenden'. Empezó el partido y en el minuto 17 lo pararon», relató.
Con todo, el mal fue menor habida cuenta de que tenía «programadas unas vacaciones» por la península. «Hasta el lunes no regreso a Ibiza. Me fui con mi coche en ferry y ahora me quedo en Salamanca con un amigo. Dentro de lo malo, pues no es tan malo», explicó.
Dicen que no hay mal que por bien no venga y él ya tiene su «regalo de Reyes» particular. «Menudo gesto ha tenido Amadeo. ¡Vaya regalo!», comentó sobre la decisión del presidente del club, que apuntó en Twitter lo siguiente: «Daniel, el aficionado de la UD Ibiza y miembro de la Peña Corsarios, será invitado a viajar de nuevo a Pontevedra junto con la expedición oficial del club. Es lo mínimo que la entidad puede hacer ante esta muestra de fidelidad».
Pades pedirá «días de permiso en el trabajo» para no perderse esta invitación de lujo del mandamás de una UD Ibiza a la que ve «en Segunda» el año que viene. «Vamos terceros y el proyecto de Amadeo es ilusionante, así que yo creo que subiremos», sentenció el aficionado más feliz de la isla.