«La COVID-19 está ahí y va a estar durante muchos meses. Tenemos que aprender a vivir con él y a ponerle límites». Son palabras de Amadeo Salvo. El presidente de la UD Ibiza compareció ayer telemáticamente para analizar la situación actual y el futuro playoff exprés en el que su equipo jugará por ascender a Segunda División. El mandatario celeste calificó esta decisión de jugar una fase ascenso en una misma sede y a un partido único como «la más práctica». «A todos los equipos nos hubiese gustado acabar la ligar, pero, dada la situación actual, creo que es lo mejor», defendió.
Al ser cuestionado por una de las principales incógnitas de estos días: ¿qué pasará si se dan casos positivos en los equipos?, Salvo confesó que no había ningún protocolo que dijera qué hacer. «La RFEF no tiene la autoridad para decidir sobre esto. Yo creo que el fútbol será como en el resto de las empresas. Si se da un caso positivo, se aislará a esa persona y se harán pruebas al resto y se continuará. Así se está haciendo en Alemania. Los futbolistas que han dado positivo están aislados y el resto sigue trabajando». «Yo creo que se va a jugar siempre y cuando no haya rebrotes y sigamos en este camino».
En esa misma línea, Salvo habló de la necesidad de hacer controles al personal de los equipos. «No queda otra que invertir en seguridad. Los clubes y las empresas nos toca vivir esto y debemos invertir». Entre otros cambios, el presidente reconoció que hay una nueva realidad que ha cambiado completamente el modo de trabajar: «Hay que planificar todo de nuevo. En el Ibiza lo tenemos bastante controlado». Explicó que había adaptado los protocolos de su empresa al fútbol: «Hacemos entrenamientos individuales, se han hecho test a todo el personal -ningún miembro del club ha dado positivo-, se mide la temperatura, no se utilizan los vestuarios, cada jugador tiene su balón individual, desinfectar todas las zonas y el equipo…». «Ya le hemos notificado al CSD y a las autoridades locales de este protocolo y el lunes comenzamos a entrenar de manera individual», anunció. Hasta la fase 2 no podrán entrenar en grupos reducidos.
En cuanto a la competición, el presidente celeste reconoció que no será fácil hacer esta pretemporada anómala en la que no sabrá si se podrán jugar amistosos. Quedan más de dos meses para que juegue dicho playoff y señaló que es algo a lo que ningún preparador físico se ha enfrentado. Eso sí, lo tiene claro: «El que mejor sepa prepararse, se llevará el gato al agua».
De cara a un futuro, avisó de que serán tiempos muy duros para el fútbol modesto. Habló de una caída de ingresos para la próxima temporada en el fútbol de bronce de en torno al 60 %. En cifras, según sus cálculos, se pasará de ingresos de 87 millones de euros a 36. Se atrevió a decir que a muchos jugadores les iba a salir más a cuenta «cobrar del INEM» que jugar lejos de sus ciudades por «unos salarios que serán bajos».
Salvo también respondió a si Can Misses estaría preparado para un posible ascenso a Segunda División. Aseguró que sí, porque las modificaciones del primer año no serían muy laboriosas. Lo primero sería cambiar el terreno de juego a césped natural; y lo segundo, quitar la cubierta de la tribuna para poder instalar torres para las cámaras televisivas. También señaló que habría que hacer modificaciones leves en accesos y otras partes del estadio.