Eva Gómez (Ibiza, 1982) está de vuelta. La Sirena de Ibiza regresa al mar, pero no para competir, sino para formar. La ibicenca ya ha superado los momentos de decepción que le hicieron abandonar este mundillo hace varios años y ahora quiere transmitir su experiencia y sapiencia a través de unos cursos totalmente personalizados. Se trata de una oportunidad de lujo para los que aman sumergirse en el mar, pues no siempre se tiene la oportunidad de tener como monitora a una explusmarquista nacional de apnea.
«Soy otra persona», aseguró ayer Gómez. «He necesitado darme todos estos años para superar lo que fueron decepciones. Llevar mi pasión a la profesión y hacerlo con todo mi corazón terminó por desgastarme bastante. Lo dejé radicalmente para darme un tiempo y esperar, desear y soñar que, algún día, volviera a tener las ganas de meterme en el agua. Recuerdo hasta las náuseas del neopreno las últimas veces que me tiré al agua cuando daba un curso», recuerda.
Ese ansiado día llegó el fin de semana pasado en la pitiusa sur: «Me escapé a Formentera, donde viví muchos años, y me vinieron muchas sensaciones bonitas y emocionantes. De ahí me vinieron las ganas de volver a formar». La deportista, que ha trabajado con muchos profesionales e instructores, entre ellos el famoso Pipín Ferreras, ha percibido que «hay nuevas generaciones aquí en la isla que no me conocen y las veo con ganas de aprender».
Sobre sus cursos, la apneísta destaca que son «muy personalizados. «Me adapto a cada caso al máximo con un temario teórico y práctico muy flexible. Se trata de pasar el tiempo en el mar de nuestras islas y llegar a los objetivos de cada alumno en particular, indiferentemente de su edad, sexo y condición física, algo que, a mí parecer, no se ha hecho nunca. Son cursos para un máximo de dos personas y de durabilidad y presupuesto adecuados a cada uno», dijo.
Como competidora, la ibicenca logró en 2008 tres medallas de oro en el Campeonato de Balears y dio el salto al Campeonato de España, donde cosechó dos metales de bronce. Luego, recibió la llamada de la selección nacional y, con ella, batió el récord de España de dinámica (137,78 metros). Tras diversas participaciones, acabó centrándose más en la formación que en la competición y en 2015 impartió su último curso.
A nivel deportivo sufrió malas experiencias que la llevaron a decir adiós a la competición antes de lo esperado. Algunos años después y tras haber asimilado ya todo, cree que «hubiese podido hacer más marcas» de nivel si hubiera continuado. «Todo pasa por algo y estoy contenta de haberme comprado unas aletas nuevas, haberme ido a Formentera y sentirme igual que cuando era una niña», afirmó Gómez. La Sirena está de vuelta.