Noventa minutos –120 en caso de prórroga– separan a la UD Ibiza del profesionalismo. El equipo celeste se jugará este domingo el ascenso contra el UCAM en el estadio Nuevo Vivero de Badajoz y, por eso, quiere llegar lo mejor preparado posible a su cita con la historia. En este sentido, el conjunto dirigido por Juan Carlos Carcedo emprendió ayer rumbo a Elvas (Portugal) para repetir el mismo stage que llevó a cabo la semana pasada en los prolegómenos de la semifinal de este playoff a Segunda División, en la que se vio las caras con el Real Madrid Castilla.
El cuadro unionista salió a primera hora de la mañana hacia tierras portuguesas. Un autocar trasladó al plantel ibicenco, ataviado con el chándal blanquinegro, a las 07.45 horas desde el estadio de Can Misses. Este era el punto de encuentro antes de dirigirse todos juntos hacia el aeropuerto, al que llegaron a las 08.00.
En es Codolar, las caras de los futbolistas del cuadro pitiuso, que también se lleva consigo a los lesionados Manu Molina y Sergio Cirio, transmitían concentración y confianza a partes iguales. Kike López se encargó de rubricarlo al asegurar allí mismo a los medios de comunicación que lleva todo el año viendo al equipo en Segunda División por el buen trabajo realizado a lo largo del mismo. La fe mueve montañas y los celestes tienen mucha depositada en esta última eliminatoria, en este último paso que separa el cielo del infierno.
La expedición de la Udé tomó a las 09.20 horas un avión de la compañía Iberia con destino Madrid. Posteriormente, varias horas de viaje en autocar aguardaban a la plantilla pitiusa, que realizó una parada para comer durante el camino por vía terrestre.
Ya por la tarde, la UD Ibiza realizó una sesión de entrenamiento para soltar las piernas y continuar con el trabajo programado de cara al trascendental duelo de pasado mañana.