«Voy totalmente con mi hijo. Si pierde, me dolerá menos porque es contra un equipo de mi tierra, pero quiero que gane él». Así de claro y así de simple. El amor de una madre por su hijo es mayor que el amor hacia la tierra que la vio nacer. Carmen Ribas se marchó de Ibiza hace 40 años para formar una familia en Barcelona. En esa ciudad nació Jordi Sánchez el ‘ibicenco' que amenaza a la UD Ibiza.
Criada en Dalt Vila, Carmen nunca ha dejado de venir a la isla que le vio crecer y donde sigue gran parte de su familia. El destino quiso que su hijo, ex jugador celeste, se vea las caras mañana con la Udé. «Era el último enfrentamiento que quería. No quería que pasase esto, pero ya está», reconoce.
Carmen viajará a lo largo del día de hoy a Badajoz para estar en las gradas apoyando a su hijo, algo que ya hizo el pasado domingo para el partido contra el Barcelona B. «Fue tremendo con los penaltis, yo no sabía si mirar o cerrar los ojos», asegura. Y si ese día animó a su hijo, mañana será igual porque además está agradecida al UCAM: «Jordi está feliz, en Castellón lo estaba pasando mal y en Murcia vuelve a estar bien. Espero que puedan poner el broche de oro el domingo».
Además, Carmen ya sabe de ascensos y decepciones. «Estoy muy nerviosa por mi hijo. Ya vivimos un ascenso con el Prat en el que marcó dos goles y fue precioso; pero también nos quedamos cerca con el Mestalla, que subió el Albacete», recuerda.
Por último, no tiene problema en recordar el paso de Jordi por la UD Ibiza: «Empezó bien con Palop y estaba bien en el vestuario, hizo buenos amigos. Luego, con Alfaro, cambió todo. No fue fácil para él ni para nosotros. Supongo que ninguno de los dos encontró en el otro lo que esperaba... De todo se aprende, pero fue duro. Jordi siempre lo da todo en el campo, pero supongo que no le puedes gustar a todo el mundo».
La única familia ibicenca
La madre no está en Ibiza, pero sí sus tíos y sus primos. Entre estos últimos, está Susana Torres Ribas, que confiesa que no es muy futbolera, pero que todo el fútbol que vive es a través de Jordi. «Nos llevamos 25 años y para mí es casi como un hijo», señala.
«Nosotros vamos con él y esta vez nos toca animar al UCAM. Además, mi abuela es murciana así que también tengo sangre de allí», bromea. «Si pierde el Ibiza puede que seamos la única familia ibicenca que lo celebre. Si Jordi asciende seremos muy felices», asegura.
Por eso mismo, reconoce que no lo que menos le apetecía era que su primo fuese a jugar contra los celestes. «Nos enteramos por redes sociales y fue raro», concluye.