La UD Ibiza se tuvo que conformar este sábado con un empate a uno contra el Girona. El equipo celeste comenzó fuerte, pero se diluyó tras el primer cuarto de hora, circunstancia que aprovecho el conjunto catalán para adelantarse e incluso perdonar el segundo gol antes del descanso. Tras el asueto, la Udé pasó a dominar la situación y niveló la contienda por mediación de Goldar.
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El cuadro local cambió su dibujo para la ocasión. Juan Carlos Carcedo apostó por un 3-5-2, un sistema que ofrece una mayor variedad de opciones a la hora de atacar, así como menos espacios atrás cuando los carrileros retrasan su posición para formar una defensa de cinco. Juan Ibiza, Gálvez y Goldar fueron los elegidos para el eje centra, con Morillas y Cifu en los costados. Arriba, el técnico situó dos extremos puros como Nono y Davo, con Castel como punta de la lanza. Eso sí, en ocasiones parecía más un 5-2-3.
Por su parte, el conjunto catalán fue fiel a sus ideas y prácticamente calcó el mismo once de la jornada anterior. Solamente hubo una novedad: Juncà por Jairo en el carril izquierdo.
Tras el pitido inicial, la Udé salió dispuesta a desnivelar pronto la balanza. De hecho, dispuso de dos ocasiones manifiestas de gol. Cifu, en el minuto cinco, lanzó sorprendentemente por encima del larguero con todo a favor y Castel, al cuarto de hora de juego, chutó en el interior del área justo al lugar en que se encontraba el portero, que atajó el balón abajo en dos tiempos.
Dicen que el que perdona lo acaba pagando y eso fue lo que le pasó al conjunto unionista. Acto seguido, Samu Saiz realizó un control orientado perfecto dentro del área y Cifu, que llegó tarde al repliegue, le derribó. El árbitro no lo dudó y señaló el punto de penalti. Christian Stuani, el pichichi de la Liga SmartBank, asumió la responsabilidad desde los 11 metros y no perdonó. El ariete uruguayo sumó su duodécimo gol de la temporada con un disparo pegado al palo izquierdo de Germán.
El tanto supuso un auténtico mazazo para el cuadro de Juan Carlos Carcedo, que desapareció en ataque e incluso estuvo muy cerca de encajar otro gol. De hecho, lo recibió, pero el tanto en propia meta de Juan Ibiza fue anulado por un fuera de juego previo de Juncà. Después, Aleix García mandó a las nubes un remate franco en el punto de penalti tras un pase lateral de Álex. El centrocampista no se lo podía creer y se lamentaba echándose las manos a la cabeza.
Pasada la media hora de juego, el asedio gerundense tocó a su fin. Sin embargo, la UD Ibiza, mejor en defensa, seguía sin ideas en la elaboración. Sus escasas aproximaciones carecieron de mordiente y el marcador no sufrió cambios antes del descanso, al que se llegó con polémica incluida. No en vano, Goldar recibió un golpe de Stuani tras ganarle la posición, pero el árbitro saldó la acción con una tarjeta amarilla ante la protesta de los locales.
La segunda parte
Tras el descanso, el guion cambió. El equipo ibicenco se puso el mono de trabajo y, poco a poco, se adueñó del control del partido.
Javi Pérez, al cuarto de hora, obligó a Juan Carlos a emplearse a fondo con un zapatazo desde el vértice del área. Fue el comienzo del acoso celeste, que encerró a un Girona que en nada se parecía al del primer tiempo. De hecho, Míchel le vio las orejas al lobo y decidió dotar de algo más de músculo al centro del campo con la incorporación de Kebe en lugar de Álex.
Con todo, los suyos no pudieron evitar lo que se veía venir: el empate. En el minuto 70, David Goldar marcó a placer al aprovechar un rechace del portero en boca de gol. Los aficionados unionistas volvieron a cantar un gol de la Udé en casa, algo que no hacían desde el pasado 23 de octubre.
De todas formas, estuvo cerca de durar poco la alegría, porque Aleix García ejecutó una falta que se marchó lamiendo el palo ante un estadio que enmudeció. La Udé siguió dominando el esférico, pero no llegaba con demasiada claridad. Y para una vez que lo hizo, Bogusz no controló bien el balón en el área.
Pese a que los catalanes no estaban nada cómodos, lo cierto es que fueron los que más cerca estuvieron de llevarse los tres puntos. Afortunadamente, Germán salvó los muebles en un disparo de Valery. Ya en el descuento, Stuani mandó fuera una volea dentro del área. Fue la última ocasión de un partido que finalizó en tablas y que eleva a cinco partidos la racha de los unionistas sin ganar en Liga.