El CD Ibiza dejó escapar dos valiosos puntos contra el líder, el Teruel, con el que empató a tres goles. El equipo rojillo fue muy superior en la primera parte, en la que llegó a mandar por 3-1. Perdonó el cuarto y lo acabó pagando.
El partido comenzó de manera eléctrica y de la peor manera posible para los locales. No se había cumplido ni un minuto de juego y los turolenses ya mandaban en el marcador. Se plantaron en un santiamén en la frontal del área y pillaron descolocado a Marcos Contreras para perforar la portería por mediación de Emaná.
Pintaban mal las cosas de inicio, pero el equipo de Raúl Garrido se recompuso a lo grande, como los campeones. En su primera aproximación al área, solamente dos minutos después, Marquitos se encargó de nivelar la balanza. El atacante rojillo lanzó un chut cruzado en el interior del área que el portero, pese a tocar el esférico con su manopla izquierda, no alcanzó a desviar.
Los ibicencos no se relajaron lo más mínimo tras quitarse el peso de encima de haber encajado tan pronto. Comenzaron a dominar a su rival y, fruto de ello, llegaron más goles. En el ecuador, Marquitos fue objeto de penalti y él mismo se encargó de voltear el marcador (2-1, minuto 23. Cinco minutos después, Pepe Bernal puso tierra de por medio tras picar el balón por encima de la salida del portero. Golazo.
El Cedé era dueño y señor del partido. De hecho, se mascaba el cuarto en su cuenta particular y hubo una ocasión clarísima para ello. Pepe Bernal recibió un gran pase entre líneas de Pol Ballesteros y encaró al portero, al que regateó antes de chutar a portería. Sin embargo, el visitante Julen apareció debajo de los tres palos para desviar la pelota.
El fútbol es caprichoso y en el tiempo de descuento sucedió lo más inesperado. Tras perdonar el 4-1, el CD Ibiza se pegó un tiro en el pie en el tiempo de descuento con un autogol de Julen López. El Teruel, sin comerlo ni beberlo, se metió así de nuevo en el partido y se marchó a vestuarios con una vida extra.
Pese a que la segunda parte comenzó con una buena ocasión para Marc Mas tras un pase lateral de Iván Guzmán, lo cierto es que el equipo de Raúl Garrido poco tuvo que ver con el del periodo anterior. El Teruel se asentó sobre el terreno de juego y cerró espacios, algo que privó a los locales de atacar con la fluidez de antes.
Eso sí, también es verdad que los turolenses no ponían en peligro la meta de Contreras. Aun así, las sensaciones no estaban siendo buenas y en el minuto 70 fueron peores incluso, puesto que Emaná estableció las tablas. El delantero cazó el balón botando en la frontal y su disparo mordido botó primero en el césped para acabar alojándose sorprendentemente en la escuadra.
El propio Emana pudo dar al vuelta al marcador en el 82, justo antes de ser sustituido. Sin embargo, su remate de cabeza al filo del área pequeña se marchó fuera en la última gran ocasión de un encuentro que se saldó con reparto de puntos.