La UD Ibiza se encuentra en la última posición de la tabla clasificatoria, pero no piensa arrojar la toalla y peleará por la permanencia mientras las matemáticas no digan lo contrario. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y en el seno celeste se confía en dar la vuelta a la tortilla. Para ello, la unión es más necesaria que nunca y la plantilla se ha conjurado esta noche de jueves en una cena que han disfrutado en el restaurante Bistró del Mar.
El conjunto ibicenco suma solamente 16 puntos tras la disputa de las 24 primeras jornadas. Superado ya el ecuador de la competición, los unionistas deben firmar una magnífica segunda vuelta, con números prácticamente de equipo de playoff, para salir del pozo de la clasificación.
Para conseguir ese objetivo, el club se ha movido en el mercado de invierno. Se ha modificado la plantilla con la realización de cinco fichajes y se han producido ocho salidas. Los nuevos son Joseda Menargues, Fausto Grillo, Marcos Mauro, Alex Aizpuru Kaxe y Lukas Julis. Se espera aún, como mínimo, la llegada de un centrocampista. Por el contrario, han causado baja Miguel Azeez, Sergio Castel, Alejandro Gálvez, Zé Carlos, Miki Villar, Darío Poveda y David Goldar, y se ha cedido a Armando Shashoua al Córdoba.