El Formentera ha caído este domingo en su visita al Lleida (2-0). Con muchas bajas en la zona defensiva, los de Míchel Alonso no han podido con un equipo que ha sido mejor a lo largo de los 90 minutos. La peor noticia no es sólo el resultado, también las dos tarjetas rojas que han visto De las Marinas y Celihueta que sumadas a la lesión de Mendi dejan al equipo con muchas bajas de cara a la próxima jornada.
El Formentera salió muy enchufado al partido y los primeros acercamientos fueron suyos. Algunos de cierto peligro con Facu Ballardo como lanzador y Diego Díaz como ejecutor. Eso sí, sin éxito en sus disparos.
Tras esta salida, el Lleida, poco a poco, se fue quitando de encima la presión rojinegra y se hizo con el mando del encuentro. Las llegadas empezaron a ser suyas y el balón pasaba más tiempo cerca de la portería de Óscar Santiago que de la de Iñaki Álvarez.
Míchel Alonso se había plantado con muchas bajas en defensa y los problemas se multiplicaron antes del minuto 20 cuando Mendi se tuvo que retirar con problemas musculares. Tanto era así que en su lugar salió un atacante como Markuss, pasando Mena al centro de la defensa y este último a actuar como lateral.
Pasada la media hora de juego, Óscar Santiago evitó el primero de los locales con una buena parada en la salida de un córner. El jugador ilerdense remató completamente solo en la frontal del área pequeña, pero el guardameta reaccionó de manera sensacional.
Cuando parecía que el partido se iría con el 0-0 al descanso, llegó el primero del partido. Damià lanzó una falta magistral para poner el balón lejos del alcance del portero formenterer. 1-0 y jugadores a vestuarios.
Ya en la segunda parte, las primeras llegadas fueron para los locales que jugaban con la tranquilidad de estar mandando en el marcador. Atacaban los catalanes y Chuli hacía el segundo cuando se cumplía el 58.
Míchel Alonso quemó sus naves con la entrada al campo de Gorriz y Kepa para intentar reaccionar y volver a meterse en el partido. Quedaba tiempo, pero lo cierto es que al Formentera le costaba mucho crear peligro a un Lleida muy ordenado. Más todavía cuando Celihueta vio la segunda amarilla a falta de un cuarto de hora. Si ya estaba complicado, ahí acabó el partido para los rojinegros.
En la recta final, los locales tuvieron varias ocasiones para hacer el tercero. Algunas muy claras que inexplicablemente no acabaron entre los tres palos. Lo peor es que cuando se cumplía en el 90, llegó una segunda expulsión. Esta vez para De las Marinas. Debilitando mucho al equipo de cara a la próxima jornada.