Álex Roca Campillo (Barcelona, 1991) sumó este fin de semana la 12K de la Santa Eulària Ibiza Marathon a su gran colección de pruebas completadas, una carrera que hizo en recuerdo de su abuelo recientemente fallecido. Este atleta se convirtió hace un par de semanas en Barcelona en la primera personas en completar una maratón con parálisis cerebral y un 76 % de discapacidad física. Un logro que se sumó a los cinco triatlones, un aquatlón, cinco medios maratones (Barcelona 2019, 2022 y 2023, Granollers 2023, Nueva York y Miami 2022), la Titan Desert en 2019 y la Pilgrim Race en 2018, que ya había completado con anterioridad. Ayer, a través de su mujer, Mari Carme, que traduce el lenguaje de signos a verbal, atendió a Periódico de Ibiza y Formentera.
—¿Qué le ha parecido correr en Ibiza?
—Correr en Ibiza para mí ha sido espectacular. Me encanta la isla, durante mi infancia venía cada año en verano y veraneaba con mi familia, concretamente con mi abuelo que falleció hace tres meses. Por esta razón, me hacía muchísima ilusión venir, pero la Santa Eulària Ibiza Marathon me ha sorprendido por su organización, su recorrido y por ver a la gente entregada en cada rincón.
—Su primera carrera desde la maratón de Barcelona. Después de 42 kilómetros, 12 ya le habrán resultado fácil.
—La verdad que no ha sido nada fácil. Para mí, pasar de 10 kilómetros es muy complicado. Y, además, corrí con una uña mal porque en la maratón me la clavé y estoy ahora con antibióticos y con crema antibiótica para curarla. Cuando llegué a meta sentí dolor, pero satisfacción por haberlo conseguido.
—¿Qué es lo que más le ha gustado de la isla?
—Lo que más me gusta de la isla es su gente. He estado aquí muchísimas veces porque me encanta la isla. Creo que el lugar al que vas no es importante, lo importante es cómo te trata la gente de allí. Ha sido maravilloso encontrarme con personas súper agradables, entregadas y, sobre todo, muy cariñosas.
—¿Cuáles son sus siguientes objetivos? Tras haber completado una maratón y tener ya en su historial un montón de pruebas de diferentes disciplinas, ¿hay algún otro reto por delante?
—Ser feliz. A parte, tengo muchísimos sueños, pero todavía tengo que asimilar lo que ha pasado. Reorganizar mi mente, cuidar mi cuerpo, acabar de curar mi pie y, después, voy a decidir y estudiar cuál será mi próxima carrera.
—¿Qué significa para usted el deporte?
—Para mí el deporte es mi vida. Pero me genera desconexión, sociabilidad y, a parte, comunicación porque cuando estás corriendo comunicas y yo lo utilizo para enviar al mundo muchísimos mensajes.
—Sin duda es un ejemplo de superación y de que con constancia y entrenamiento se puede conseguir prácticamente cualquier cosa.
—Realmente no me considero un ejemplo de superación, pero sí que pretendo ser una persona que al realizar sus retos dé un ejemplo al mundo de que si nos ponemos un reto y ponemos actitud, motivación y muchísimas ganas, podemos conseguirlo.
—Qué mensaje le manda a esa gente que cuando algo le sale mal, se agarra rápido a un ‘no puedo'?
—Les diría que no se sientan mal por decirse a sí mismos que no pueden, pero que al día siguiente se levanten con un sueño y con ganas. Que busquen retos de cosas que les hagan felices. Quizás cuando se cierre una puerta, se abran mil.
—Cuando tiene el ánimo bajo, ¿qué hace para animarse?
—Cuando tengo un mal día lo que hago siempre es acordarme de mi lema de vida que es ‘el límite te lo pones tú' porque pienso que nadie te puede decir que no eres capaz de hacer algo. A parte, me acuerdo de la palabra ‘no' porque es una palabra que me motiva a hacer muchísimas cosas. Me motiva porque a lo largo de mi vida me dijeron que no viviría, que no podría andar, que no podría estudiar, que no podría conducir un coche, que no podría tener amigos o que no podría tener pareja. Actualmente lo he conseguido todo con muchas ganas y actitud. También cuando tengo un mal día intento acordarme siempre de la suerte que tengo de vivir y estar donde estoy.