Historia del atletismo español. Álvaro Martín y María Pérez han escrito sus nombres con letras de oro al conseguir este jueves sendos dobletes de oro. Los españoles se han impuesto en los 35 kilómetros marcha del Mundial de atletismo que se está celebrando en Budapest al igual que habían hecho la semana pasada en los 20 kilómetros. Un hecho histórico que ha tenido a Marc Tur como testigo. El ibicenco que participaba en su tercer Campeonato del Mundo no ha tenido opciones ante un ritmo infernal y ha acabado en la vigesimosegunda posición.
Desde el primer minuto se sabía que iba a ser una carrera dura. La temperatura inicial era de 21 grados, pero la humedad superaba el 90 %. Estaba claro que a medida que pasasen los minutos cada vez sería más complicado para las atletas por la sensación de calor. Además, el italiano Massimo Stano se encargó de poner un ritmo infernal desde el primer metro.
Una vez más esta distancia de 35 kilómetros demostró que es más propicia para los marchadores que suben del 20 a los que bajan del 50 y el ibicenco fue perdiendo comba desde los primeros kilómetros con un ritmo demasiado alto para él. Tur se dejaba 10 segundos en los primeros 1.000 metros y 25 segundos al paso por la primera vuelta y marchaba en la trigésimo segunda posición. Álvaro Martín y Miguel Ángel López se mantenían a la estela de Stano y el chino Xianghong He que comandaban un grupo de 16 marchadores.
Al paso por el kilómetro 10 el paisaje había cambiado. He había cambiado el ritmo un kilómetro antes y Perseus Karlstrom le tomó el testigo, dando un puntito más y haciendo que el grupo se estirase y empezase a perder alguna unidad, aunque los españoles se mantenían en liza. Por detrás, Tur pasaba vigesimonoveno a poco más de dos minutos.
Superado el ecuador de la prueba, en el 18, Aurélien Quinion llevaba unos cuantos segundos de ventaja tras haber lanzado un ataque varios kilómetros antes. Entre los favoritos había tranquilidad y nadie se iba a por él. Quedaba mucho y Martín y López seguían con sus opciones intactas. Tur seguía vigesimonoveno, pero muy lejos de los primeros.
En los último kilómetros se entró con el francés con una ventaja de 33 segundos, eso sí con dos amonestaciones que amenazaban sus opciones. Por detrás, los favoritos empezaban a recortar con el canadiense Dunfee marcando el ritmo. Martín seguía en liza, pero entre los marchadores que habían perdido contacto con el grupo perseguidor estaba ya Miguel Ángel López que se despedía de sus opciones de medalla. Marc Tur, ya doblado por los primeros, mantenía la misma posición.
Quinion empezó a desfallecer, perdiendo el estilo y por detrás llegaba el acelerón de los favoritos, donde se mantenía Álvaro Martín. De hecho el francés era penalizado, mientras que el extremeño lanzaba su ataque y empezaba a abrir hueco.
El español entraba en los últimos cinco kilómetros liderando la prueba con el ecuatoriano Pintado y el japonés Kawano que habían cerrado el espacio, formando un trío cabecero. Parecía que sufría el japonés y fue el primero en quedarse, quedándose un mano a mano entre Pintado y el español. El ataque de Martín llegó dentro de los dos últimos kilómetros y Pintado no pudo hacer otra cosa que mirarlo. Martín se fue en pos de su doblete y con un tiempo de 2h24'30'' hizo también el récord de España. En el podio le acompañaron Pintado y Kawano. Hubo que esperar hasta que llegase Marc Tur que entró en meta en el mencionado puesto vigesimosegundo con una marca de 2h36'04''.
Prueba femenina
Al igual que ocurrió con los hombres, entre las mujeres fue la peruana Kimberly García León la que se encargó de marcar el ritmo e ir rompiendo la carrera. María Pérez, récord del mundo de la distancia, se mantenía a su estela buscando el doblete. No tardó demasiado en hacerse un grupo de ocho atletas que serían las que se disputarían las medallas.
A los 10 kilómetros comandaba el grupo, que ya era de cinco marchadoras, la china Shijie Qieyang ponía un ritmo que de momento era fácil para Pérez. Raquel González y Cristina Montesinos viajaban en el segundo gran grupo a un minuto y 26 segundos, pasando novena y décima, respectivamente.
Pasaban los kilómetros y la situación era la misma: cinco marchadoras por delante para tres medallas.
No hubo cambios hasta el kilómetro 18, cuando la polaca Zdzieblo lanzó su ataque, consiguiendo unos metros sobre sus rivales. Era María Pérez la que respondía, la cazaba y pegaba su ataque para irse en solitario. La peruana García León, la campeona del año pasado, no lo iba a poner fácil y quería defender su cetro mundial. Pero el ritmo de la española era sensacional y el hueco se empezaba a abrir. Marchaba Pérez hacia un doblete histórico para el atletismo español.
Fue un paseo imperial para la española que en cada paso por meta aumentaba su distancia. María Pérez volaba, voló hacia una medalla de oro, hacia un doblete histórico. Hacia su segunda medalla en estos mundiales y la cuarta de para la marcha española y el atletismo español en estos mundiales de Budapest.