En el estadio Lusail, donde se celebró ayer la final entre Argentina y Francia, hubo un argentino residente en Eivissa que vivió el choque en primera persona: Carlos Fourcade. El entrenador del Inter Ibiza, que situó una bandera del club ibicenco en la grada, disfrutó «como un chiquito». «Esto es impagable», aseguró desde Qatar.
«Esto es terrible. Ya no tengo voz. Lloré como un chiquito, lloré en los goles, sufrí, grité... Ahora, estoy disfrutando acá. No nos queremos ir», declaró desde el estadio una hora después de terminar el encuentro.
Fourcade declaró que todo lo vivido fue «una locura». «El partido, la gente, el estadio, el entorno... Es una locura. Y la comunicación aquí es un lujo bárbaro», continuó el técnico del Inter Ibiza, para quien «todo esto es impagable».
«Esto es algo que no sé si voy a volver a vivir. Es algo que vale la pena. Es algo que me voy a llevar conmigo. Saqué fotos, pero esto me lo llevo en el corazón y se va a quedar para siempre en mi retina», sentenció emocionado Carlos Fourcade desde Qatar.