BARCELONA 64
CSKA 54
BARCELONA (12+17+18+17): Ricky Rubio (10), Navarro (10), Mickeal (8), Morris (2), Lorbek (7) -cinco inicial-, Vázquez (11), Basile (-), Lakovic (3), Grimau (4) y Ndong (9).
CSKA MOSCÚ (11+10+20+13): Planinic (-), Langdon (12), Siskauskas (19), Khryapa (5), Kaun (9) -cinco inicial- Holden (7), Smodis (-), Mensah-Bonsu (-), Vorontsevich (-) y Ponkrashov (2).
Àrbitros: R. Brazauskas (LIT), C. Christodoulo (GRE) y D. Chambon (FRA).
Después de seis años de ausencia, el Regal FC Barcelona volverá a disputar una final de la máxima competición continental, la séptima de su historia, tras derrotar al CSKA de Moscú por 64-54 en un partido muy táctico, en el que los de Xavi Pascual nunca se descompusieron.
Tras perder dos semifinales de la Euroliga ante el equipo ruso, en Praga (2006) y en Berlín (2009), el Barça sacó lo mejor de sí mismo e impulsado por la calidad de Ricky Rubio y de Erazem Lorbek se sobrepuso a un experimentado rival, que además parecía que le tenía tomada la medida.
El Barcelona no estaba en una final de la Euroliga desde 2003, cuando la ganó como anfitrión, tras eliminar al CSKA también en semifinales, un buen presagio para el partido del próximo domingo.
Cimentó su ventaja en un buen segundo cuarto en el que puso tierra por en medio, pero a diferencia de la semifinal del año pasado, a los de Pascual no les tembló el pulso ni cuando el CSKA ofreció su mejor versión en el cuarto final.
Once rebotes, cinco en ataque en los primeros cinco minutos, cimentaron las primeras ventajas del CSKA de Moscú. Jugó Pashutin con Planinic en el poste bajo, situación que puso en aprietos la defensa de Ricky Rubio.
Sobrevivió el Barça con la intensidad de Pete Mickeal, autor de los ocho primeros puntos de su equipo. Sufría el Barcelona bajo su canasta, se desangraba con las segundas y terceras opciones de los moscovitas, que dominaban la situación, a pesar de sus malos promedios de tiro. Además la fuerza interior de Sasha Kaun, un campeón de la NCAA con Kansas, no daba opciones ni a Lorbek ni a Morris. Así que con el equipo azulgrana colapsado en ataque, y con problemas para controlar el rebote, el tanteador se disparó para los rusos.
El CSKA llegó a dominar por siete puntos de ventaja (4-11), hasta que entre Mickeal y alguna recuperación de Ricky Rubio, el Barcelona se reactivó, se rehizo el equipo de Xavi Pascual y dejó a cero a los de Pashutin durante seis minutos.
Mientras Xavi Pascual rotaba a sus hombres buscando la combinación perfecta, Pashutin tuvo que dar descanso a Khryapa (3 faltas personales) y a Kaun; y ni Smodis, lesionado durante buena parte de la temporada, ni mucho menos Vorontsevich están al nivel de los dos anteriores.
Aprovechó la cortesía Boniface Ndong y con tiros desde el perímetro dinamitó la defensa del equipo ruso. Además, Navarro, errático hasta entonces, anotó su primer triple. La defensa le dio aire a los azulgranas y el senegalés puso la máxima diferencia (29-21) al término del primer tiempo, tras un parcial 10-2 en los últimos cuatro minutos y medio.
Cambió completamente el panorama del partido en el tercer cuarto. El equipo ruso decidió jugar a intercambiar canastas, después de que comprobaran que en ataque posicional, ayer no iban a ganar al conjunto español.
No se descompuso el Barça, que capeó el temporal, y por fin controló el rebote defensivo y pudo correr en ataque. Bien dirigidos por Ricky Rubio, un veterano de 19 años, Navarro empezó a sentirse más cómodo desde el perímetro y Lorbek se convirtió en el hombre determinante en la pintura.
A tres minutos para el final, un 'alley hoop' de Ricky para Fran Vázquez dio aire al Barcelona. Kaun no aprovechó los dos tiros libres de una antideportiva señalada sobre Vazquez y después de una serie de errores, Lorbek se convirtió en el héroe del partido. El esloveno anotó un triple (59-51), que derrotó definitivamente al CSKA. Al final ganó el Barça por 64-54. La última vez que lo consiguió en una fase final, fue campeón, un buen presagio.