El Manchester United afrontará este verano el reto de mantener en sus filas al delantero inglés Wayne Rooney, objetivo por el que el Barcelona podría pagar 80 millones de libras (93 millones de euros), según el tabloide británico «Daily Express».
De acuerdo con sus informaciones, el periódico encontró ciertas similitudes entre el interés del Barcelona por Rooney y el manifestado el pasado verano por el Real Madrid antes de la compra del portugués Cristiano Ronaldo, por entonces todavía compañero de Rooney en el conjunto de Sir Alex Ferguson.
Wayne Rooney, de 24 años y nombrado mejor jugador de la temporada por segundo año consecutivo, tiene contrato con el club inglés hasta 2012.
Aunque el Manchester United ha asegurado que no tiene necesidad de vender a su delantero más preciado, la marcha de Ronaldo en el verano de 2009 permitió evitar que el club perdiera más de 30 millones de libras (35 millones de euros).
El Manchester United, cuya deuda asciende a 720 millones de libras (843 millones de euros), anunció recientemente que en agosto deberá afrontar una subida en los tipos de interés del 14,24 por ciento al 16,25 por ciento en su último préstamo -de 257 millones de euros-.
Eso supondría un extra de 75 millones de libras (87 millones de euros) en la deuda de la entidad.
El norteamericano Malcolm Glazer y su familia, propietarios del Manchester United desde hace cinco años, han sido acusados por la afición de la pérdida de decenas de millones de libras recaudadas con la venta de entradas durante ese tiempo.
«Han malgastado cada penique que los seguidores han pagado por las entradas durante los cinco años de su propiedad», dijo Duncan Drasdo, representante de la asociación de hinchas del Manchester United al diario «The Sun».
«La presión crece en los Glazer para solventar sus deudas lo antes posible. Tendrán que encontrar ese dinero en algún sitio», añadió.
Por su parte, el seleccionador inglés, Fabio Capello, no recibió con entusiasmo la noticia sobre el posible interés del Barcelona por fichar a Wayne Rooney, pues insistió en que no quiere que ninguno de sus jugadores estén distraídos durante el Mundial de Sudáfrica por las negociaciones de traspasos.