Rafael Nadal y Roger Federer abren, oficialmente, la temporada esta semana en el torneo de Doha, donde ambos quieren probar sus respectivas motivaciones en una sesión que promete especiales sensaciones.
Para Nadal, volver a Doha significa recordar que en este mismo escenario tuvo dos puntos de torneo en la final ante el ruso Nikolay Davydenko. Fue un mal augurio en el comienzo del año, que luego continuó con su retirada en los cuartos de final del Abierto de Australia por una lesión de rodilla.
Pero después de cerrar 2010 con siete títulos en su haber, tres de ellos del Grand Slam (Roland Garros, Wimbledon y Abierto de EE.UU.), y el número uno en el bolsillo, Nadal ha comenzado el 2011 como mejor puede hacerlo, al ganar por segunda vez el torneo de exhibición de Abu Dabi, esta vez al derrotar a Federer en la final.
En Doha, Nadal y Federer se pueden ver de nuevo las caras. Y ya no serán partidos de exhibición como el disputado en Madrid en la Caja Mágica, «Unidos por la Infancia», o éste de Abu Dabi. En la capital de Qatar el de Manacor iniciará, ya totalmente en serio, un reto del que no quiere hablar mucho, pero que puede encumbrarle aún más en la historia de este deporte: la conquista del Abierto de Australia por segunda vez, y con ello la consecución de cuatro torneos del Grand Slam, de forma seguida.
«No me planteo ahora el hecho de lograr el cuarto Grand Slam seguido. Va a ser complicado ganar en Australia. Hay muchos aspirantes. Después, ya se verá», dijo Nadal tras ser coronado campeón en Abu Dabi.
Nadal expresó entonces que no tiene presión alguna en convertirse en el sucesor del australiano Rod Laver, el último jugador que ganó cuatro torneos del Grand Slam seguidos, aunque en su caso, «Rocket» lo hizo en el mismo año, en 1969, algo que nadie ha vuelto a repetir
«Va a ser una temporada muy dura con rivales como Federer, al que le deseo lo mejor en este año. Será dura para todos y espero que sea buena para mí. «La salud es lo más importante, para mi y para todos. Sin ella el resto de cosas son imposibles», apuntó Nadal.
Federer tiene como objetivo la reconquista este año del número uno del mundo para superar el récord del estadounidense Pete Sampras como el jugador que más semanas ha estado en la cima del ránking. Al salir de Abu Dabi dejó claro, que ahí y en Doha había probado nuevos golpes para añadir a su repertorio, y presentarse en Melbourne con mayores aspiraciones para defender el título con mayores garantías.
«Es un Abierto de Australia especial defendiendo el título», dijo Federer. «Desde luego la atención estará centrada en los dos. El torneo será emocionante».
En Doha, Nadal y Federer son los mayores favoritos. El cuadro incluye al francés Jo-Wilfried Tsonga, al ruso Davydenko, al letón Ernest Gulbis, al serbio Victor Troicki, al español Guillermo García López y al alemán Phillip Kohlschreiber.
Doha comparte semana con Brisbane, donde el sueco Robin Soderling, el estadounidense Andy Roddick y el español Fernando Verdasco son las primeras figuras, y con el de Madras donde el checo Tomas Berdych es el principal reclamo.
Nadal empezará mañana lunes, con partido de dobles, donde hace pareja con Marc López, y para abrir tendrán duelo fratricida contra Pere Riba y David Marrero. En el cuadro individual iniciará contra el eslovaco Karol Beck, 103 del mundo, mientras que Federer lo hará contra un jugador que viene de la fase previa.