La Fiscalía ha pedido 18 meses de prisión para el padre del delantero del FC Barcelona Lionel Messi por defraudar 4,1 millones de euros a Hacienda, mientras pide el archivo de la causa para el futbolista, contra el que inicialmente se querelló.
En su escrito de acusación, presentado ante el juzgado de instrucción número 3 de Gavà (Barcelona), el ministerio público exculpa a Messi, al entender que no tuvo conocimiento del fraude perpetrado por su padre, en contra de la opinión de la Audiencia de Barcelona, que lo mantiene imputado.
La Fiscalía se querelló inicialmente por fraude fiscal contra Messi y su padre y representante, Jorge Horacio, pero meses más tarde pidió el archivo de la causa para el futbolista, después de que ambos pagaran al juzgado 5 millones de euros, que incluían la suma defraudada más los intereses.
El padre de Messi asumió ante la juez toda la responsabilidad en la gestión tributaria de su hijo, pero la instructora acordó mantener al futbolista imputado en la causa, en una decisión que después respaldó la Audiencia de Barcelona.
Pese a la decisión de la Audiencia de enviar a padre e hijo ir a juicio, la Fiscalía sostiene en su escrito que la intervención de Messi fue «puramente formal» y se limitaba a seguir las indicaciones de su padre, «en quien confiaba plena y ciegamente», por lo que no está acreditado que su propósito fuera defraudar a Hacienda.
Por ese motivo, le acusa de tres delitos contra la Hacienda pública y pide que se le condene a 18 meses de cárcel y al pago de más de dos millones de euros de multa, pena que incluiría la prohibición de obtener beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante un año.
Para el ministerio público, fue el padre del futbolista el que tuvo un «papel decisorio y decisivo» en la creación de una estructura societaria domiciliada en paraísos fiscales con la que presuntamente, entre los años 2007 y 2009, el deportista evitó tributar en España por los beneficios recaudados con sus derechos de imagen.
La Fiscalía sostiene que Jorge Horacio Messi inició el «mecanismo defraudatorio» cuando el futbolista era menor de edad y que después de 2005, cuando el delantero cumplió 18 años, «fue quien siguió adoptando todas las decisiones relativas a la explotación económica» de los derechos de imagen de su hijo.
En opinión de la fiscal, no está acreditado que Lionel Messi «estuviese en situación de poder tomar por sí mismo conocimiento de los hechos para, una vez conocidos, decidir si los consentía o no», teniendo en cuenta su «edad, la vinculación con su padre, que de hecho tutelaba sus intereses económicos, y la lógica y confiada dependencia del mismo en todo lo relativo al control del cumplimento de sus obligaciones tributarias».
La Fiscalía admite que Lionel Messi firmó los contratos con que se materializó el fraude, pero subraya que lo hizo «acompañado de su padre y siguiendo sus indicaciones», sin que esté acreditado que el jugador «fuese consciente» de que ello suponía «avalar y consentir» la cesión de sus derechos a imagen a sociedades instrumentales con fines defraudatorios.
«No cabe razonablemente inferir que por el hecho de firmar esos contratos, por indicación de su padre y siendo informado únicamente de su importe (...), el obligado tributario advirtió o pudo advertir su trascendencia fiscalmente defraudatoria», añade el escrito de acusación del ministerio público.
De hecho, la fiscal subraya que esa fue la versión que Messi y su padre mantuvieron en su declaración como imputados ante la juez instructora -en que el futbolista afirmó que no leía los contratos que firmaba- y que, por el momento, dicho relato no ha quedado desmentido por el resto de pruebas.
En ese sentido, recuerda la Fiscalía que los inspectores de la Agencia Tributaria que declararon como testigos manifestaron que, según habían observado durante los dos años en que se prolongaron sus investigaciones, «el conocimiento del entramado societario y de sus efectos en el orden tributario lo tenía el padre del jugador, no así este último, que no se habría enterado de nada al respecto».
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