Mireia Belmonte no pudo clasificarse para la prueba femenina de aguas abiertas de los Juegos de Río al acabar el sábado vigésima octava en el Preolímpico de Setúbal en una carrera que acabó con un ojo morado, y ha expresado este martes que quiere creer que «fue un acto hecho sin maldad».
En el Preolímpico de Setúbal, Belmonte no logró plaza olímpica, algo que sí consiguió su compatriota Érika Villaécija, que estará en sus cuartos Juegos gracias a su decimocuarta plaza. Ésta se ganó la clasificación como mejor europea fuera de las diez primeras.
En Setúbal había quince plazas en juego: las diez primeras más las cinco mejores por cada uno de los continentes, y sólo una por país.
Javier Hernanz, remero de la selección española y novio de Mireia Belmonte, publicó este martes en su espacio en Twitter una foto de la mitad del rostro de la nadadora con el ojo izquierdo morado. La acompaña con el texto: «La competitividad entre deportistas del mismo país levanta el nivel. Pero utilizar técnicas antideportivas es sancionable».
Acto seguido, la propia Mireia Belmonte publicó en la misma red social su «opinión sobre toda la polémica que se ha creado». La dos veces subcampeona olímpica en Londres 2012 explica: «Las aguas abiertas son una disciplina donde hay mucho contacto entre los nadadores, ya que nadamos todos muy pegados. Los golpes que se dan en ocasiones pueden ser intencionados o fortuitos».