Lady Gaga iluminó este domingo el estadio de la Super Bowl con una actuación vibrante que no incluyó grandes gestos contra el presidente de EEUU, Donald Trump, pero sí mensajes patrióticos y sutiles referencias a la integración de grupos como los homosexuales, los afroamericanos o los latinos.
Con saltos al vacío, juegos pirotécnicos y hasta 300 drones que dibujaron estrellas a sus espaldas, la cantante estadounidense prefirió el espectáculo a la polémica en su actuación de la gran final de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), la Super Bowl.
La estrella del pop había prometido un concierto «interesante y emocionante» que tendría como únicos mensajes políticos los mismos que ha defendido durante su carrera: la necesidad de igualdad y la idea de que «el espíritu de este país es de amor, compasión y amabilidad», según adelantó al diario The New York Times.
En un momento de división política en EEUU, Lady Gaga quiso llamar a la unidad patriótica al comenzar su actuación desde lo alto del estadio NRG de Houston con una mezcla del himno «God Bless America», la canción «This Land Is Your Land» y el juramento de fidelidad a la bandera.
Vestida con un body plateado de manga larga con hombreras, pedrería dispuesta en líneas verticales y unas botas altas a juego, la rubia cantante entonó las primeras notas mientras detrás de ella el cielo parecía llenarse de estrellas.
Se trataba, en realidad, de 300 drones de la compañía Intel que después dibujaron la bandera estadounidense, una parte del espectáculo que tuvo que grabarse antes de la Super Bowl para cumplir con las reglas gubernamentales sobre aviones no tripulados.
Lady Gaga se lanzó a continuación al vacío y, sostenida por cuerdas, comenzó a cantar desde una torre su éxito «Pokerface», saltando y dando volteretas en el aire antes de bajar al escenario en medio de un despliegue de pirotecnia.
La cantante optó por mensajes políticos sutiles, como su canción «Born This Way», un himno en defensa de los homosexuales, y su breve entonación al comienzo del espectáculo de «This Land Is Your Land», una oda antifascista escrita en 1940 por el cantante Woody Guthrie.
También abrazó a una joven afroamericana del público mientras cantaba «stay» ("quédate"), el último verso de su nuevo sencillo «Million Reasons», que tocó al piano mientras el estadio se iluminaba con farolillos anaranjados.
Muy dada a la provocación al comienzo de su carrera, especialmente en el vestuario, Lady Gaga evitó esta vez los disfraces fastuosos, aunque para entonar su primer éxito, «Just Dance», se enfundó una chaqueta dorada con pinchos en las hombreras, quizá como guiño a los atuendos con los que saltó a la fama en 2008.
Muchos fans esperaron, sin éxito, que Beyoncé apareciera en el escenario para cantar junto a ella «Telephone», el dueto que ambas popularizaron en 2009 y que finalmente interpretó Lady Gaga en solitario pese a los rumores sobre una posible intervención de la diva negra del pop.
No hubo, de hecho, ningún artista invitado en la actuación de este año, como sí ocurrió el pasado, cuando Beyoncé cedió parte del protagonismo al cantante Bruno Mars y el grupo Coldplay.
Hubo un cambio de vestuario casi al final, cuando Lady Gaga quiso rendir homenaje a la estética del fútbol americano con un top blanco con exageradas hombreras y una braga plateada mientras cantaba «Bad Romance» con bailarines que portaban los cascos típicos del deporte.
El broche final llegó justo después, cuando, al grito de «¡Super Bowl 51!», Lady Gaga tiró su micrófono al público y agarró un balón que le lanzaron antes de saltar al vacío desde una plataforma.
El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, contempló el espectáculo desde el propio estadio, en Houston, mientras que Trump vio el partido durante una fiesta en West Palm Beach (Florida), donde pasó el fin de semana en su mansión de Mar-A-Lago.
Trump, que es amigo de Tom Brady, el mariscal de campo de los Patriots de Nueva Inglaterra, no ocultó su preferencia por ese equipo frente a los Falcons de Atlanta durante una entrevista emitida antes del encuentro por la cadena Fox News.
El presidente predijo en la entrevista que los Patriots ganarían por 8 puntos, y se equivocó solo levemente: vencieron por 6.
Entre los anuncios emitidos durante el partido destacó uno que fue cortado por ser «demasiado controvertido» para la televisión, el de la compañía de materiales de construcción 84 Lumber.
El anuncio contaba la historia de una madre y una hija emigrantes que hacían un largo trayecto por México hacia EEUU hasta encontrar en la frontera el muro que quiere construir Trump, pero poco después hallaban una puerta por la que entraban al país mientras aparecía la frase: «la voluntad de tener éxito siempre es bienvenida aquí».
Durante la emisión en directo, el anuncio se cortaba antes de que apareciera el controvertido muro y pedía a los televidentes dirigirse a una página web que se colapsó enseguida por el gran número de visitas.