El manacorí Rafael Nadal aseguró este viernes que llega en buena situación para afrontar la conquista de su décimo Roland Garros, para lo que será clave que le funcionen bien «las piernas y el golpe directo», tras lo cual «todo seguirá».
«Esa es la base de mi juego», dijo el jugador a dos días del inicio de un torneo que consideró «especial» y que afronta tras haber ganado tres de los cuatro torneos que ha disputado sobre tierra batida.
«Esta temporada estoy muy contento de mi nivel. He jugado bien en todos los torneos, en pista dura he jugado bien y extremadamente bien en tierra batida. He ganado tres torneos muy importantes para mi», analizó.
Nadal dijo no fijarse en el hecho de que le consideren favorito para ganar su décimo Roland Garros, un torneo que calificó de «esencial».
Reconoció que en Roma sintió fatiga «más mental que física», y que le sorprendieron las elevadas temperaturas que se encontró en París desde su llegada.
En Roland Garros siempre siente unos nervios especiales, dijo, pero solo cuando se acerca su debut en el torneo y los consideró como algo positivo.
«Si no sintiera nervios significaría que no me importa lo suficiente lo que hago y mi trabajo perdería sentido. Los nervios son buenos si tienes la capacidad de manejarlos, de controlarlos, que los nervios no controlen tu mente», indicó.
Nadal recordó que en muchas ediciones comenzó jugando mal en Roland Garros y acabó levantando el trofeo y lo atribuyó a «la experiencia para superar» los momentos difíciles.
De todos los partidos disputados en Roland Garros, Nadal aseguró que el mejor fue la semifinal que le ganó en 2008 al serbio Novak Djokovic: «En dos sets y medio en ese partido tuve un nivel extraordinario».
Nadal debutará contra el francés Benoît Peire, al que consideró «un rival al que no quieres en primera vuelta», porque tiene buen revés y golpea fuerte de derecha.