Reclamaba la afición del RCD Mallorca que el club diera la cara y catorce horas después de confirmarse el descenso a Segunda B, el presidente, Monti Galmés, ha pedido disculpas ya en Palma «a tanta gente que ha tenido las ilusiones puestas en al menos guardar y mantener la categoría, pero no ha sido posible. Así que perdón a todos». Primeras declaraciones del club a la llegada del equipo al aeropuerto de Son Sant Joan, después de un silencio institucional muy criticado y salvado en plena madrugada a través de un tuit oficial.
Galmés ha afirmado que llega un momento de reflexión, en el que «la propiedad tiene que mostrar sus cartas y decir que piensa del futuro». El presidente espera que «se pongan todos los medios necesarios para que el Mallorca el año que viene pueda hacer un equipo competitivo y que volvamos pronto al fútbol profesional en cuanto antes».
Monti Galmés no ha asegurado su continuidad al frente de la presidencia. «Yo tengo que hacer un pensamiento y haré lo mejor para la institución». Respecto a la propiedad, ha explicado que «no hay ningún informe que diga lo contrario, si son propietarios y han asumido la responsabilidad que esto tiene, lo principal será asumir lo principal el tema de los próximos pagos y prepararse para lo que tienen que hacer para la temporada próxima. Confío en lo que siempre han dicho».
Finalmente, ha asegurado que «hoy no hay nadie en el Mallorca que no esté triste».
El embajador del Mallorca, el exfutbolista Iván Campo, ha señalado a EFE que tras el empate en el estadio de Anduva, que con el descenso todos pierden.
«No sentimos muy mal, los jugadores, la afición, el club. Planificamos un año para que el equipo diese una mejor imagen que el año pasado, no ha ocurrido, las cosas han salido mal y nos ha tocado descender de categoría», ha manifestado Campo.