Durante tres generaciones, el apellido Serra y el nombre de Rampuixa han estado ligados a la construcción y a la reforma en Ibiza. Durante 75 años, esta empresa familiar ha sido aliada de arquitectos, constructores, instaladores y profesionales del sector, acompañándolos en todo tipo de obras, desde pequeñas reformas hasta grandes proyectos que han ido dando forma a la isla.
Ahora, sin perder ese ADN profesional, es decir, de cualquier persona que quiera mejorar su casa, reformar su baño, renovar su cocina o simplemente encontrar la solución adecuada para un arreglo del día a día.
«Después de 75 años al lado de los profesionales queremos ayudar también al particular, dar solución a sus necesidades diarias y también asesorarle en sus proyectos de reforma».
Del almacén profesional al showroom inspirador
Quien se acerque hoy a Rampuixa se va a encontrar algo más que un almacén de materiales. El corazón de esta nueva etapa es su showroom, un espacio pensado para que el cliente particular pueda ver, tocar y comparar antes de decidir.
En este showroom conviven propuestas de porcelánico, cocinas y baños con primeras marcas del sector y soluciones pensadas para la vida real en la isla. No se muestran solo piezas sueltas, sino ambientes completos que ayudan a imaginar cómo quedará el proyecto en casa:
• Baños armados con sanitarios, muebles, espejos y grifería.
• Cocinas con encimeras, muebles y revestimientos combinados.
• Suelos y paredes que se pueden ver aplicados, no solo en catálogo.
El objetivo es sencillo: que quien entra, aunque no tenga experiencia en reformas, pueda entender las diferencias entre materiales, estilos y opciones de mantenimiento, y tomar decisiones con más seguridad.
Aquí el cliente no está solo. El equipo de Rampuixa acompaña en todo el proceso: escucha la idea, revisa planos o fotos, plantea combinaciones y ayuda a aterrizar el presupuesto. Muchos llegan con imágenes guardadas en el móvil y salen con una propuesta concreta, adaptada a su espacio, a su uso y a su bolsillo.
Una ferretería pensada para el consumidor de a pie
Otro de los cambios visibles en esta nueva etapa está en la ferretería. Tradicionalmente muy orientada al profesional, el espacio se ha reorganizado pensando también en el particular.
«Además, nuestro espacio de ferretería se ha adecuado a las necesidades del consumidor de a pie. Hemos reorganizado zonas, planteando espacios promocionales enfocados al particular y organizado la navegación para que cualquiera encuentre lo que necesita», destaca Adrián Serra.
¿Qué significa esto en la práctica?
• Pasillos y secciones más claras y fáciles de entender.
• Zonas promocionales dedicadas a necesidades concretas (arreglos en casa, bricolaje sencillo, orden y almacenaje, jardín, etc.).
• Un equipo preparado para traducir «tengo este problema en casa» en productos y soluciones concretas, sin necesidad de hablar en lenguaje técnico.
La idea es que quien entra buscando una herramienta básica, un producto de fijación, una solución para una pequeña reparación o un accesorio para el hogar, pueda orientarse sin agobios y salir con lo que realmente necesita.
El mismo rigor de siempre, ahora también para tu hogar
Abrirse al particular no significa ‘rebajar el nivel’, sino todo lo contrario: acercar al cliente final el mismo criterio que Rampuixa lleva décadas aplicando con los profesionales.
Eso se traduce en:
• Selección cuidada de marcas y productos, pensados para durar y funcionar en las condiciones reales de la isla.
• Asesoramiento honesto, que prioriza lo que el cliente necesita frente a lo que «toca vender».
• Acompañamiento en todo el proceso, especialmente en proyectos de reforma donde intervienen varios gremios.
Quien se ha pasado 75 años viendo qué funciona y qué no en obras y reformas, sabe distinguir entre una solución vistosa pero poco práctica y otra que de verdad responde a la vida diaria de una familia, una vivienda habitual o una segunda residencia.
Un negocio familiar con mirada de futuro
Rampuixa no es una marca anónima: es una historia de familia y de continuidad. Tres generaciones han visto cómo cambiaba Ibiza y cómo cambiaban también las necesidades de sus clientes. Lo que se mantiene es la voluntad de hacer las cosas bien y de mirar a largo plazo. Por eso este paso hacia el particular no es una moda pasajera, sino una evolución natural. La empresa quiere seguir siendo el aliado del profesional, pero también convertirse en un lugar de referencia para cualquier persona de la isla que tenga un proyecto en mente para su hogar.
«Queremos que el particular sienta que aquí también tiene su espacio. Que puede venir, contar su idea, dejarse asesorar y salir con un proyecto y unas soluciones en las que confiar», indica la familia Serra.
Después de 75 años construyendo Ibiza junto a los profesionales, Rampuixa abre de par en par sus puertas al particular. Con un showroom renovado, una ferretería reorganizada y un equipo dispuesto a escuchar y acompañar, la empresa se reafirma como un punto de referencia en la isla: para grandes obras, sí, pero también para algo igual de importante —o más—: mejorar el lugar donde vivimos.