El contable del Instituto Nóos, Marco Antonio Tejeiro, ha admitido este jueves ante el tribunal que presentó «facturas falsas», por servicios inexistentes, a la Generalitat Valenciana para justificar el proyecto de la candidatura a los Juegos Europeos, por orden de su jefe, Diego Torres.
En su declaración como acusado, Tejeiro ha dicho que remitió esas facturas y otras de gastos en los que había incurrido Nóos y que no tenían nada que ver con el proyecto: «Buscamos todos los gastos que pudiéramos facturar porque teníamos que justificar muchísimo dinero».
En diciembre de 2005, la Generalitat firmó un convenio con Nóos de dos años para preparar la candidatura de València como sede de unos Juegos Europeos, que nunca se celebraron. El coste del convenio era de 3 millones de euros, pero la Generalitat solo pagó 382.203 euros por un informe y devolvió 123 facturas por dos millones de euros que no estimó justificadas.
«Cogimos todas las facturas que se habían generado desde el momento que se empezó a trabajar para los Juegos Europeos y se me indicó vamos a meter cinco de Telefónica por gastos telefónicos, estas de limpieza...», ha detallado Tejeiro a preguntas del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach.
Ha añadido: «Jamás se podía justificar con este tipo de facturas. No había este tipo de gastos para un proyecto como los Juegos Europeos que era de millones, no había gastos suficientes para cubrir eso».
Cuando la Generalitat reclamó justificantes del gasto realizado, Torres le pidió al contable que buscara «todas la facturas de proveedores» que tuvieran, de las distintas empresas del grupo Nóos, independientemente de que trabajaran en ese proyecto o no: «Saqué todas las facturas que tenía guardadas».
Tejeiro ha admitido que emitió certificados para la Generalitat con facturas correspondientes a conceptos como la limpieza o el material de oficina de las seis o siete empresas del grupo Nóos, cuando sólo una de ellas trabajó en esa iniciativa, así como gastos de personal y de viajes que hicieron esos empleados sin ninguna relación con la candidatura a los Juegos Europeos.
Evasión de fondos y contratos falsos
Tejeiro ha señalado que su cuñado y exsocio de Iñaki Urdangarin, Diego Torres, urdió una estructura fiduciaria en el extranjero con el objetivo de desviar los fondos obtenidos de forma irregular de las Administraciones públicas y ocultar a sus verdaderos beneficiarios, además de lograr tributar menos que en España.
En su declaración ha precisado que en esta red internacional jugaron un papel fundamental las mercantiles Blossom Hills, en Belice, y De Goes For Stakeholder Management, a la par que Torres abrió varias cuentas corrientes personales a las que se transfirió el dinero desde las cuentas del entramado Nóos.
Una vez abiertas, se habrían traspasado a las mismas hasta un total de 420.000 euros desde el Instituto Nóos y 50.000 desde De Goes. Tejeiro ha explicado que De Goes emitió facturas contra el Instituto Nóos que confeccionó y se las entregó su cuñado, para después remitirlas Tejeiro a Salvador Trinxet, el abogado que presuntamente ayudó a urdir esta red de evasión fiscal internacional.
Tras el interogatorio del fiscal Pedro Horrach, que se ha extendido durante la tarde de este jueves, la declaración de Tejeiro continuará este viernes con el resto de las acusaciones y los abogados defensores de las diferentes partes.
Torres y Urdangarín cobraran salarios de trabajadores inexistentes
El excontable ha asegurado que entregó a Iñaki Urdangarin y a Diego Torres dinero formalmente destinado a salarios de trabajadores de empresas del grupo que estaban dados de alta pero no prestaban ningún servicio ni cobraban esas nóminas.
«¿Era una forma de ennegrecer el dinero?», le ha preguntado el fiscal al acusado, quien ha respondido «sí» y ha relatado que emitía cheques al portador para el pago de las nóminas simuladas, extraía el dinero del banco y se lo entregaba en sobres a Torres, su cuñado y titular de la mayoría de esas empresas, y a su socio en el Instituto Nóos, Urdangarin.
De esta misma práctica se habría beneficiado, según Tejeiro, el marido de la infanta Cristina como titular de Aizoon, la empresa que compartía a medias con su esposa, que también tenía en nómina a falsos empleados.
Además, ha indicado que Aizoon había dado de alta en la Seguridad Social a trabajadores que realmente no prestaban servicios para esa empresa, sino que formaban parte del personal doméstico del chalé del barrio barcelonés de Pedralbes donde vivían los entonces duques de Palma.
Estas actuaciones se iniciaron en la época en que Torres y Urdangarin dirigían conjuntamente el Instituto Nóos y continuaron cuando el marido de la infanta había abandonado formalmente esa entidad por indicación de la Casa Real una vez se habían cuestionado públicamente algunas de sus actividades.