Un total de 25 personas con sordoceguera --discapacidad auditiva y visual--, que tengan más de un 65 por ciento de discapacidad, dispondrán de un mediador comunicativo con el que realizarán unas 2.700 actividades que cubran sus necesidades básicas de la vida cotidiana, como, por ejemplo, ir a comprar, pero, asimismo, «ofreciendo prioridad a aquellas que fomenten su integración escolar y laboral».
Así lo ha explicado en rueda de prensa la consellera de Servicios Sociales y Cooperación, Fina Santiango, después de firmar una concertación de un año con la gerente de la Fundación Once para la atención a las personas con sordocegeura FOAPS, Esther Requena, quien, por su parte, ha señalado que se ofrecerán hasta un máximo de 15 horas semanales con un «programa hecho a medida» basado en su entorno que valorará sus necesidades y que se sumará a las horas que ya ofrece FOAPS.
Santiago ha concretado que el servicio será gratuito y se van a destinar 113.000 euros que permitirán «crecer en servicios necesarios, centrados en los derechos de las personas» y que, a su parecer, demuestran «el compromiso por parte de la administración».
«Las personas que tienen sordoceguera tienen muchas necesidades provocadas por esa barrera que les impide acceder a cualquiera de los entornos que se encuentran», ha explicado Raquena, en este sentido.
Santiago ha explicado que actualmente hay 24 personas certificadas por el Servicio de Atención a la dependencia que cumplen los requisitos para esta concertación y podrían beneficiarse de ella.
Además, ha explicado que la figura del mediador se formará en las Islas a través de un grado de formación profesional en el centro Son Llebre, «que garantizará también su facilidad de contratación».
En la presentación también han estado presentes el director general de Dependencia, Juan Manuel Rosa, y el coordinador técnico de FOAPS, Javier Gutiérrez.