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Las elecciones dejarán en el limbo la supresión de aforamientos en Baleares

| Palma |

La inminente convocatoria de elecciones generales para el próximo 10 de noviembre obligará a retrasar hasta 2020 la entrada en vigor de las reformas estatutarias procedentes de Baleares, Murcia y Cantabria para eliminar el aforamiento de sus parlamentarios autonómicos.

Las tres iniciativas comenzaron a tramitarse la pasada legislatura en el Congreso con la idea de que los candidatos a las elecciones autonómicas del pasado 26 de mayo ya concurrieran sin ese fuero que impide que sean investigados por juzgados ordinarios.

Sin embargo, el adelanto de las elecciones del pasado 28 de abril ya provocó que éstas tres reformas quedaran congeladas, lo que volverá a ocurrir la próxima semana, cuando se disuelvan las Cortes el día 24 para convocar las elecciones del 10 de noviembre.

Eso sí, los estatutos son las únicas leyes que no decaen cuando se disuelven las Cortes Generales, aunque deben volver a empezar desde el principio, desde su admisión a trámite por el Pleno.

En los poco más de cuatro meses que ha durado la legislatura actual, el Pleno de la Cámara pudo iniciar la tramitación de una de estas reformas estatutarias, la presentada por la Asamblea de Murcia, pero volverá a decaer el próximo día 24.

Y LA REFORMA CONSTITUCIONAL, SIN FECHA

El debate sobre el aforamiento de los políticos cobró protagonismo el año pasado por el anuncio del Gobierno de que iba a estudiar una reforma constitucional para eliminar esta protección, pero la idea no llegó a traducirse en una propuesta.

En el caso de los diputados autonómicos, sin embargo, es cada comunidad la que debe tomar la iniciativa, y así lo hicieron Canarias, Murcia, Cantabria y Baleares, que reformaron sus Estatutos de Autonomía y los enviaron al Congreso para su aprobación. Sin embargo, sólo la primera llegó a superar en la pasada legislatura todos los tramites y tiene la reforma ya en vigor.

Las reformas van dirigidas a asegurar la inviolabilidad de los políticos sobre las opiniones que manifiesten en actos parlamentarios y por lo que decidan votar sobre leyes y otras iniciativas. Por todo lo demás podrán ser inculpados, procesados y juzgados si así lo deciden jueces ordinarios, no los tribunales superiores de su Comunidad.

ESPERANDO DESDE 2017

En concreto, Murcia esperaba su turno en el Congreso desde mayo de 2017, cuando presentó una reforma parcial del Estatuto para eliminar el aforamiento, regular la moción de censura y la cuestión de confianza. Después, en diciembre de ese mismo año, llegó la reforma cántabra, con el único objetivo en este caso de acabar con este fuero especial, y un año después, en diciembre de 2018, llegó el balear.

Pero ninguna de ellas llegó a ver la luz. La murciana se quedó en fase de comisión; la cántabra, esperando su turno en la Comisión Constitucional; y la balear, tan sólo superó el trámite de toma en consideración por el Pleno.

Así las cosas, en la siguiente legislatura la reforma de Murcia tendrá que someterse a un tercer debate, y la cántabra y la balear, a un segundo. Está por ver si los nuevos diputados le dan un empujón a la tres para que queden aprobadas en el menor tiempo posible.

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