La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha asegurado que el conocimiento del catalán no es un problema para el personal de la sanidad pública de las Islas y ha defendido el decreto autonómico sobre conocimiento de la lengua que recurrió el sindicato CSIF y ha anulado el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB).
En un desayuno informativo de Executive Forum en Madrid, la líder del Ejecutivo balear ha explicado que el decreto no impone el conocimiento del catalán para aprobar la oposición sino que exige acreditar un nivel una vez transcurridos dos años en la plaza para poder después acceder a la carrera profesional y, por tanto, a mejoras económicas. El TSJIB ha estimado el recurso y anulado el decreto por ser contrario a derecho, aunque el fallo no es firme y puede ser recurrido.
Armengol ha subrayado que en el archipiélago balear «nunca» ha habido un problema lingüístico y que no lo es tampoco para la contratación de médicos o enfermeras. «Andalucía tiene más problemas para captar personal sanitario que Baleares, por tanto la lengua no es un problema», ha declarado.
Además, ha indicado que, por cada médico que dejó Baleares en la pasada legislatura, llegaron ocho, y que la mayoría de los que se fueron tenían problemas para encontrar vivienda, muy cara en esta comunidad y una de las principales dificultades para los residentes.
«UN DERECHO LINGÜÍSTICO»
Armengol ha defendido que sea necesario tener cierto nivel de catalán si se trabaja en los servicios sanitarios porque es la lengua propia en la que se expresan muchos baleares, especialmente en un momento «difícil» como puede ser ir al médico. «Es un derecho lingüístico que hay que garantizar desde la administración pública», ha dicho.
Asimismo, ha señalado que, en cualquier caso, existe una legislación lingüística en Baleares que protege el catalán y que quien ha impugnado el decreto «lo ha hecho fatal».
La presidenta autonómica ha asegurado que la falta de personal sanitario tiene que ver un problema de formación que se arrastra desde hace años, «que no tiene que ver con la lengua» sino con que la oferta no cubre la demanda de personal. «No tenemos fuerte inversión en formación», ha lamentado.