La patronal Restauración Mallorca, que preside Alfonso Robledo, está negociando con la Cámara de Comercio de Mallorca el poder establecer un protocolo de actuación en el sector de bares, cafeterías y restaurantes de la Islas, con el fin de disponer de un certificado sanitario que posibilite la apertura de los establecimientos con todos los controles que exige el Ministerio de Sanidad.
El presidente de la Cámara de Comercio, Antoni Mercant, afirma que la iniciativa es muy positiva «porque en estos momentos no hay protocolos de prevención para afrontar el momento en que se levante el estado de alarma y el confinamiento de los ciudadanos y el cierre de las empresas».
Mercant añade que se trataría de un certificado de calidad COVID-19, «en el que tendrían que participar y colaborar todas las administraciones para dar las máximas garantías de seguridad a empresas, trabajadores y clientes».
La Cámara de Mallorca es el organismo en la Isla que está capacitado para dar certificaciones «para lo cual se contraría una consultoría especializada que sería la encargada de los cursos preceptivos y de realizar la verificación de los mismos. La Cámara emitiría los certificados a las empresas de restauración de la CAEB y de la PIMEM», apunta el presidente de la entidad cameral.
Con el certificado, bares, cafeterías y restaurantes contarían con la posibilidad de poner una etiqueta en el exterior de los establecimientos. Con ello, los clientes verían que en el local en cuestión se encontrarán con todas las medidas sanitarias de prevención contra el coronavirus.
Test de diagnóstico
La presidenta de Restauración PIMEM, Eugenia Cusí, mostró ayer su preocupación por la falta de un protocolo post COVID-19, «ya que las propuestas que se están realizando de prevención no son suficientes».
Cusí explicó que de poco sirve «establecer todo tipo de medidas de control sanitario en los establecimientos cuando desconocemos si el cliente que quiere entrar está o no contagiado. Es por lo que abogamos porque se hagan test de diagnóstico masivos».
La presidenta afirma que en caso de que esto no se haga «las empresas nos enfrentamos ante una situación paradójica, como es el hecho de que tenemos que estar pendiente de si los clientes están o no contagiados, lo cual es una lotería, de ahí que para evitar una segunda oleada de contagios hay que contar con todas las garantías para poder abrir».
Restauración PIMEM, según su presidenta, entiende que en estos momentos «no existe un Plan B al turismo y hay que actuar en consecuencia para preservar la actividad empresarial en la actual coyuntura».
Para Cusí «el grado de alarma en nuestro sector es muy alto, de ahí que habrá que reinventarnos para afrontar lo que se avecine cuando se levante confinamiento».