Turquía, Egipto, Túnez, Grecia, Croacia e Italia, principales países competidores de Balears en el Mediterráneo, han decretado el uso obligatorio de mascarillas en sitios públicos y zonas turísticas para impedir la propagación del coronavirus durante julio, agosto, septiembre y octubre.
Los touroperadores alemanes y británicos, pese a la adopción de medidas anti-COVID-19 en estos países, no han mostrado la misma actitud «comprensiva» con España. El que nuestro país, en este caso Baleares, sea el primer destino vacacional para británicos y alemanes les preocupa por el impacto económico que los controles sanitarios tienen en la demanda vacacional y en el endurecimiento de las medidas por parte de las autoridades sanitarias para evitar los rebrotes.
Competidores
En un análisis de las medidas adoptadas por los destinos competidores, el país que más ha endurecido las medidas de vigilancia es Turquía, donde los controles sanitarios se han endurecido en las últimas semanas y las multas que se imponen por no llevar la mascarilla son superiores al salario mínimo interprofesional en dicho país (400 euros) para evitar la expansión incontrolada del coronavirus. El ministro de Sanidad turco Fahrettin Koca ha instado a las personas a utilizar las mascarilla y mantener el distanciamiento social. Los turistas son avisados por los touroperadores para no tener problemas en un país donde el incumplimiento de las normas son más estrictas que en los países europeos.
Egipto, el segundo destino competidor de Balears en el Mediterráneo tras Turquía, también ha decretado el uso obligatorio de la mascarilla en sitios públicos y en los lugares más turísticos, caso de las pirámides o en los cruceros por el Nilo.
Grecia obliga a llevarlas en establecimientos de servicios diversos, empresas y transporte público, taxis incluidos, y en las últimas semanas en todos los monumentos históricos. Lo mismo sucede en Italia y Croacia, donde las autoridades sanitarias se han visto obligadas a adoptar medidas para minimizar al máximo el impacto turístico y el número de contagios.
Todos los gobiernos, en este sentido, muestran su temor a la proliferación de rebrotes por la irresponsabilidad de determinados colectivos de turistas y residentes. «Es la gran preocupación durante este verano, más aún con la apertura de fronteras comunitarias», puntualizan fuentes diplomáticas.
La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, apeló ayer a dar una respuesta «rápida» para que los rebrotes de la COVID-19 estén controlados y ofrecer una información «transparente» ante las incertidumbres que están generando dichos rebrotes. El Gobierno, según Maroto, «está preocupado por los rebrotes» y pide máxima transparencia a las autonomías.
Berlín critica los excesos de turistas alemanes en Mallorca
El ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, criticó ayer los excesos de turistas germanos en la Platja de Palma de los últimos días. «La pandemia no ha pasado. Estamos en medio de ella» , advirtió Spahn, quien insistió en que el peligro de una segunda oleada es real. «Tenemos que tener mucho cuidado de que el Ballermann no sea un segundo Ischgl», agregó al comparar lo sucedido con el contagio en la localidad austríaca.