«Somos de las pocas comunidades que reducen la incidencia de casos de COVID-19 en las últimas semanas mientras que en España siguen en aumento». La consellera de Salut, Patricia Gómez, defendió ayer su gestión en la evolución de la segunda ola de la pandemia que, asegura, ya está controlada, con apenas algunas palabras para la autocrítica, un gesto que le reprocharon diferentes partidos de la oposición.
El índice de contagios está en las Islas por debajo del 1, un indicador de que la propagación se contrae. Actualmente, por cada positivo se infectan 0,7 personas en Balears. Patricia Gómez explicó también que la presión asistencial en los hospitales se ha estabilizado y tomó como referente el pasado 22 de agosto. «Los ingresos en hospitales subían entonces a un ritmo del 68 % y en UCI del 43 % mientras que la semana pasada las hospitalizaciones bajaron y las unidades de críticos permanecieron estables», explicó.
Respecto a los cambios que distinguen la situación actual de la primera ola, Gómez explicó que la edad media del paciente contagiado ha descendido, como lo ha hecho también el tiempo medio de ingreso (que ha pasado de 12,5 días a 6,5 en planta y de 25 a 16 en UCI).
La consellera de Salut aclaró varias veces durante su comparecencia que «las cifras de ahora no son comparables a las antes» y recordó que «en marzo y abril se detectaban sólo los casos graves» porque «no había capacidad» para leves y asintomáticos.
Patricia Gómez defendió además que todas las medidas restrictivas que ha tomado su conselleria son a propuesta de técnicos y profesionales y dio a entender que una crítica a esta gestión sería una crítica a los consejos de expertos y grupos de análisis, «me gustaría que les trataran con respeto», advirtió.
La intervención de Gómez fue siempre en positivo resaltando la premura de todas las medidas de prevención como fue el cierre del ocio nocturno o la prohibición de fumar en la vía pública y pasando por alto las críticas de la oposición, que reiteró la petición de controlar mejor los puertos y aeropuertos y hacer PCR masivas.
Respecto a la comprometida radiografía que dejan ahora las residencias de ancianos, donde se han localizado ya tres importantes brotes y la gran mayoría de fallecidos de esta segunda ola, recordó que «el papel de la Conselleria es actuar cuando hay un positivo en el centro, sea usuario o trabajador», y destacó que se ofrece apoyo a los centros que lo necesitan o lo socilitan.
Refiriéndose a la situación de la residencia Bell Entorn, de Sóller, donde han fallecido hasta ocho personas (cinco con COVID y tres por otros motivos), dijo que «en ningún caso se ha actuado tarde. Nos hemos asegurado de que tengan los circuitos definidos, si intervenimos el sábado es porque la residencia no daba abasto».
La diputada del PP, Tania Marí, advirtió de que el Govern es el responsable de garantizar la salud de los ciudadanos «cosa que no ha hecho», y recordó que a principios de septiembre Balears fue la comunidad más castigada por la crisis sanitaria. Marí tuvo un rifirrafe con la portavoz de Podemos a quien recriminó la doble vara de su partido que en Balears acepta confinar barrios pero en Madrid se manifiesta contra la presidenta popular, Isabel Díaz Ayuso.
El diputado de Ciudadanos, Juanma Gómez, insistió en tirar de concertaciones para aliviar las listas de espera y la portavoz del PI, Lina Pons, pidió transparencia a una conselleria que «no habla claro».